Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

martes, 3 de febrero de 2015

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (CXXXII): THE DARKNESS - PERMISSION TO LAND (2003)



Si hace unos doce años no habías oído I Believe in a Thing Called Love incluso hasta el hartazgo, en algunos casos, es que o bien buscaste a conciencia la piedra más grande del lugar para esconderte debajo o naufragaste en alguna isla sin nombre conocido; ¿realmente hay alguien que no la recuerde? Y es que era normal que fuera un éxito: la cancioncilla no solo era graciosa sino que estaba bien. Muy bien. Muy, pero que muy bien.

Pero la pregunta que nos hacíamos unos cuantos, que fueron los que conté yo, y seguro que otros miles de tantos, de los que no respondo pero doy fe, era tan llana y contundente como "¿quién coño son estos tíos y de dónde cojones salen?". Porque The Darkness no aparecieron en tu vida de la mano de ese colega que nunca falla en sus recomendaciones, no, venían de las radiofórmulas y emisoras comerciales esas de toda la vida, teloneados convenientemente por aquellos éxitos del momento más acordes a la categoría y normas de etiqueta de tales medios. Aún así, esa pregunta seguía retumbando y percutiendo dentro de uno como bombo de John Bonham: ¿Qué pasa aquí? Porque el contraste era evidente, claro está, pero encima si uno escuchaba a The Darkness, bien a través del mencionado hit y/o la posterior y también de grandísima factura Love is Only a Feeling, se podía ver que detrás de estos fulanos andaban Thin Lizzy, The Sweet, Queen, Aerosmith, Mötley Crüe...

De acuerdo, seguro que escarbando un poco uno podía dar con grupos no muy diferentes y hasta mejores, claro que sí, pero a estos te los traían a casa y lo que ya era curiosidad, ahora era atención e interés. Con semejante presentación y la promesa de, como diría el maestro, un sonido noble para unos tiempos que no lo eran tanto, se merecían la mayor de las confianzas, y esta no fue depositada en balde sino recompensada con creces, porque Permission to Land es un disco estupendo. Tan vacilón y divertido como prometían y mucho más: menudo desfile de riffs, solos, dobletes, armonías vocales, guitarras, más guitarras, gorgoritos, más gorgoritos y una muy buena colección de temas. Hasta el tema más baladero, que es dónde pensaba que le iba a ver las costuras a The Darkness, es la anteriormente mencionada Love is Only a Feeling, que no solo cumple sino que los ecos a Queen me terminan de convencer y de sobra.

Es más, precisamente en todo aquello que la radio no nos mostró encontramos a los Darkness del gamberreo, las palabrotas y la juerga desbocada. Entre estas, un servidor destacaría temas como Stuck in a Rut, como si fueran unos primeros Whitesnake con un Coverdale con los pantalones muy apretados (es decir, mucho más apretados), una estupenda Givin' Up muy en la onda de los Georgia Satellites, el salvaje riff de Get Your Hands Off My Wife o la que da comienzo al álbum y que me parece un temazo de los que tiran de espaldas: Black Shuck (o cómo tomar apuntes de AC/DC en el siglo 21 no es exclusivo de los suecos).

En resumidas cuentas, The Darkness fueron capaces de sacar un primer disco de aprobar y con nota, capaz de llegar a un público que algunos ni se imaginan, como se ha visto. No deja de ser menos incógnita el porqué de su discreta existencia a día de hoy, con un destino quizás algo parecido a los de sus compañeros de radiofórmula: no terminaron como one-hit wonders ni mucho menos pero tampoco tuvieron una carrera lo que se dice muy fructífera, quizás tampoco ayudaba el empeño en convertir en über-rockstar a su carismático líder Justin Hawkins, colocando al grupo bajo su sombra y dando una imagen de rockero de manual, sí, pero algo prefabricado. Sea como fuere, ninguno nos esperábamos a The Darkness, al igual que yo no esperaba encontrarme este Permission to Land al precio de una libra en una tienda de artículos variados, entre otros discos de ex-miembros de boybands y mediocridades varias. De la apuesta, quizás fallida, de las radiofórmulas, nuestra ganancia y sí, uno de los mejores discos de aquella década. Nada más que por eso, me niego a dejar a The Darkness en un triste ostracismo!

Keep on rockin'!

martes, 6 de enero de 2015

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (CXXXI): KISS - SONIC BOOM (2009)



The hottest band in the world se proclamaban, luego se separaron, se volvieron a reunir, por un momento incluso pareció que no se iban a poner el maquillaje pero al final sí, y les cayó la etiqueta de dinosaurios al seguir como si nada con la tradicional mecánica disco-gira, algo que pareció convertirse en tendencia entre otros de sus compañeros de la vieja guardia (año arriba, año abajo). Con un panorama así, el debate bien podría derivar hacia la supuesta necesidad de un grupo, con sus buenos años de gloria ganados a pulso pero pasados ya, de meterse en los cenagales de un paisaje, industria y, en general, un mundo que sabe Crom cómo los va a recibir y tratar, pero no, hoy vengo a soltarle un par de piropos y alguna observación a este Sonic Boom, grabado en el 2009 y que, a la sazón, fue uno de los discos que más disfruté ese año.

Que sí, que es una verdad universal que el que no ama a Kiss ni quiere a su madre ni puede sentir amor (y Kiss son amor, amigos). Ya me pueden parecer, y me parecen, la mayoría de sus baladas horrendas, Peter Criss un cansino y Gene Simmons un bocachancla, pero qué le vamos a hacer, un servidor los termina queriendo como a los hijos que no tengo y a los padres que jamás serán. Eso y que tampoco pasaré por alto que su anterior trabajo en estudio, Psycho Circus (11 años anterior), me gustó demasiado como para considerarlo disco alimenticio que no pase de "satisfactorio", y sirva esta comparación para situar este Sonic Boom más cercano a este último (por razones más que obvias y evidentes y otras que no lo son tanto) que a un, pongamos, Destroyer o Hotter Than Hell; más allá de eso, este disco se sobra y se basta para venderse solo.

Lo principal es que suena a disco de Kiss: a maquillaje, botas de dragón, bajo de hacha, rock and roll all night and party every day. La voz de Paul Stanley suena con rabia, Gene cumple como todo un señor y Tommy Thayer, recuerdo y fanatismo aparte, consigue que no echemos de menos a Ace (y por si no lo he dicho, siempre he sido muy pero que muy de Mr. Frehley). Junto con otro veterano como es Eric Singer no solo suenan conjuntadísimos sino que en muy buena forma, especialmente un primer tramo del álbum que se abre con la hard-rockera y potente Modern Day Delilah y que alcanza hasta una de mis preferidas: Yes I Know (Nobody's Perfect), junto con una estupendísima Never Enough que bien parece una cara B de épocas pretéritas más kissmaníacas. A partir de aquí me ocurre algo que admito que me ha pasado con otros trabajos de la banda, incluso algunos de los más "canónicos": que entran en automático y no es que los temas suenen mal ni mucho menos, pero me parece que el listón que dejan estos primeros temas es muy alto. Eso sí, el Say Yeah que da carpetazo al álbum es de traca.

Con todo lo que han sido y son Kiss y tirando de memoria (que puede fallar), me da la impresión que fueron bastante sobrios en lo concerniente a este disco (aún recuerdo toda la parafernalia que rodeó al Psycho Circus) pero qué demonios, en plazas más grandes han toreado; el disco funcionó bien, la gira fue estupendamente y nosotros bien que lo pasamos. Ya saben, the hottest band in the world. Queredlos mucho.

Keep on rockin'!

KISS - SONIC BOOM

1."Modern Day Delilah"  


2."Russian Roulette"  


3."Never Enough"  


4."Yes I Know (Nobody's Perfect)"  


5."Stand"  


6."Hot and Cold"  


7."All for the Glory"  


8."Danger Us"  


9."I'm an Animal"  


10."When Lightning Strikes"  


11."Say Yeah



domingo, 4 de enero de 2015

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (CXXX): THIN LIZZY - JAILBREAK (1976)



No solo son Thin Lizzy una de mis debilidades, sino que no son pocos los recuerdos que conservo de mi periplo irlandés con relación más o menos estrecha con la banda, ¿o quizás será que uno es muy fanático de sus cosas y tiene a magnificar aquello que le toca a Lynott y compañía? Sea como fuere, la cosa es que ponías la tele y un anuncio te vendía sopas de sobre a ritmo de Running Back, ibas a tomarte una bien merecida pinta de Guinness y algún grupo atacaba el Boys Are Back in Town, alguien por la calle va silbando Cowboy Song...evidencias bastante claras de por qué el Jailbreak, su sexto trabajo, fue el éxito comercial más grande de la banda. 

Pero independientemente del éxito en ventas y emisoras, me atrevo a decir que es uno de los discos más redondos que uno puede encontrar en la muy espléndida discografía de los irlandeses, y la prueba es el estupendo equilibrio con el que combina un buen puñado de hits convertidos ya en himnos, capaces de unir en coro tanto a los parroquianos de un humilde pub como a toda la hinchada de un estadio en pleno partido de la Seis Naciones; con esa otra vertiente más intimista de la banda, puede que no tan notable como en otros trabajos, pero siempre presente. Me refiero a esos temas en los que uno puede imaginarse fácilmente al bueno de Phil garabateando en un cuaderno, encadenando un cigarro tras otro, intentando darle forma a la propia Running Back, Romeo and the Lonely Girl, Fight and Fall (decidme que no es una de las melodías vocales más bellas que habéis escuchado jamás) e incluso quizás sin ser consciente de cómo alcanza la perfección en piezas tan soberbias como Cowboy Song, otro "himno" pero que no necesita estadio, ni pub...ni siquiera más gente. Ante esta coplaza, un servidor ya tiene el corazón en un puño con esos acordes rasgados y esa tenue armónica en segundo plano, ni siquiera hace falta esperar a la "llamada del coyote".

Y aún así, que nadie se lleve a engaño, que tanto Lynott como los demás vienen bastante guerreros en este álbum y no por ensalzar la figura de un soberbio Phil vamos a olvidar todo ese compendio guitarrero por cortesía de Gorham y Robertson, dupla perfecta donde las haya. Aquí no hay trampa ni cartón y la producción es más bien tirando a sobria, razón de más para que luzca y de qué manera cada solo, cada doblete, cada armonía...tanto es así, que de tener que elegir pasaríamos un mal rato: ¿el riff perfecto y macarra de Jailbreak? ¿el solo doble de Boys Are Back in Town? ¿el clímax de Cowboy Song? Entre tanta brillantez y espectacularidad, personalmente creo que me quedo con Emerald, homenaje a la isla esmeralda y hogar de los Lizzy y que aún después de haberla escuchado tantísimas veces me sigue pareciendo el compendio de todo lo que es genial y destacable en este disco: el sonido de las guitarras, las letras de Lynott, los solos, las armonías...

Y con todo esto, me queda la sensación de estar ante uno de los discos, como os decía, más equilibrados, ni tan barroco ni tan simplista como otros trabajos, también tan genuinamente Thin Lizzy como este. Hoy, en un día parecido a muchos de los que pasé por allí (y en latitudes algo cercanas), se habrían cumplido 29 años de la desaparición de Phil Lynott, y mejor que nunca olvidarlo es recordarlo con discos como este. Happy trails, Phil.

Keep on rockin'!

THIN LIZZY - JAILBREAK

  1. "Jailbreak
  2. "Angel from the Coast" 
  3. "Running Back" 
  4. "Romeo and the Lonely Girl" 
  5. "Warriors" (Lynott, Scott Gorham
  1. "The Boys Are Back in Town
  2. "Fight or Fall" 
  3. "Cowboy Song" 
  4. "Emerald"