Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

martes, 5 de noviembre de 2013

ON TOUR: SERIE Z 2013 (I)



Hace tiempo que dejé de hablar de conciertos por aquí. Por ninguna razón concreta, en algunos sería por no saber qué decir o por ponerme a escribir tarde o, simplemente, porque ya hay muchos que lo hacen muy bien. No obstante, creo que el último del que hablé fue el Z de 2012 y lo que disfrutamos allí y no es fortuito que este año hablemos de la última edición. Y es que el Z es muy grande, amigos; si hubiera una guía Michelín de festivales de rock, todos los gourmets estarían de acuerdo en colmar de condecoraciones a este festival, una iniciativa privada hecha por y para fans de apetitos exquisitos y voraces. El esmero, corazón y cantidad de tripas que le echan los dos Juanes para arrancar este festival cada año y mantenerlo a unos niveles tan altos merece toneladas de alabanzas y agradecimientos nada gratuitas porque además los tíos lo saben: te dejan todo el año llenando la bombona de expectativas sobre la incorporación de tal o cual grupo, un cambio aquí y otro allá...hasta que explota el día del concierto pulverizando toda idea que se te haya ocurrido concebir. Insisto: el Z es muy grande.

Y después de esta entradilla tan felatoria, pasamos a otro de los fuertes del Z: su gente. Si grandes son los organizadores, grandes son los asistentes. Pregúntale a cualquiera sobre el Z y te dirá lo que mola cruzarte con las bandas y compartir buenos momentos con la gente; personalmente, no puedo expresar y casi ni imaginar lo que es un Z sin que la adorable Miss Marvel y yo quedemos con mi buen amigo José Luis "Recluso Tarkovski" para tirar para allá en el Z-móvil y calentar motores en los momentos previos al concierto, donde me encuentro a mi gran amigo Carlos Nortwinds junto a los también grandes Ismael y Juan. El corrillo de la primera fila es ya toda una institución y ni que decir tiene que el Z no sería lo mismo tampoco sin vosotros para compartir birras, impresiones y juerga. Y tampoco me puedo olvidar de la gente que conoces allí y que saludas, incluso a toro pasado, como nos ocurrió ayer a Miss Marvel y a mi, que nos encontramos a otra simpática pareja de asistentes con los que estuvimos charlando largo y tendido. A todos vosotros, Z-heads, un abrazo enorme y con tachuelas.

Dicho esto, nos disponíamos a encarar un viernes prometedor. A las cuatro de la tarde, una vez bien comidos, bien bebidos y cogiendo posiciones, es momento de que el show empiece...

G.A.S DRUMMERS

Estos paisanos llevan casi más años de los que puedo recordar tocando y hay que ver lo poco que los conozco. Mea culpa, lo se. Primera vez que los veo y, sin duda, convencieron. La veteranía y el talento juegan a su favor, a lo que hay que añadir un último álbum, We Got The Light, que no solo es estupendo sino que sus temas sonaron cojonudamente. Eso, teniendo la papeleta de tener que abrir a las cuatro y ofrecer un concierto como el que dieron no es tarea fácil y estos chicos salieron a hombros. ¡Enhorabuena!

THE WHYBIRDS



Siempre hay sorpresas en el Z y esta vez no tardaron en llegar. Vaya concierto el que nos dieron unos desconocidísimos por mi parte Whybirds, un trio con fuerte tendencia hacia el americana con mucho de Tom Petty y Steve Earle. Impresionante como fusionaban las voces y qué manera de estirar los temas, espero que puedan venir un día de estos y tener un escenario para ellos solos, pues creo que habrá que seguirlos de cerca. Muy, muy buenos.

LYDIA LOVELESS



Con esta encantadora señorita de Ohio con angelical voz a lo Emmylou Harris me llevé el primer pinchazo del Z. Que nadie se me alarme, en su primer y reciente álbum se puede comprobar que esta chica lo tiene, pero su actuación no consiguió arrastrarme, incluso llegó a causarme un poco de indiferencia. No en vano, el mejor comentario se lo escuché a alguien cuyo nombre no citaré y que afirmó que Lydia tiene "menos sangre que un choco". El tener un guitarrista que se pasa medio concierto en el suelo afinando la guitarra tampoco ayuda mucho, francamente. Me quedo con el batería (que parecía escapado de Huey Lewis & The News) y con la promesa de que seguro que conseguirá hacérmelo pasar bien en un concierto (el tema dedicado a Steve Earle me gustó mucho), pues no será por falta de materia prima.

HEAVY METAL KIDS



Les toca el turno a una de las bandas que más esperaba. El hecho de contar con solo un miembro de su primera formación (que alguien me corrija, creo que solo Cosmo era miembro original) siempre echa un poco para atrás pero que no os quepa duda, estos kids llenaron las botas de Holton, Peyronel y demás de una manera mucho más que digna. Gran sonido y un repertorio de lujo en el que no faltaron Chelsea Kids, She's No Angel, Rock'n'Roll Man y temas del Hit The Right Button como la homónima, Blow It All Away o A Hundred Skeletons. Para mi una de las mejores actuaciones del festival y una gran lástima que no tuvieran más tiempo, pues eché en falta The Cops Are Coming enormemente. Es más, creo firmemente que de haber tenido más tiempo de actuación habrían dado mucho más que hablar.

Aún así, lo que vimos fue brutal. Paul Manzi es un frontman de lujo con una voz portentosa y la pareja de guitarras formada por Cosmo y Justin McConville funciona de maravilla. Mención aparte para este último que, vaya usted a saber por qué, se arrancó con una estrofa del 2 Minutes to Midnight de Iron Maiden que todos coreamos. Genios y figuras, sin duda.

Y unos tíos también muy enrollados, por cierto. Pasado un rato, nos echamos unas fotos con varios de ellos y demostraron ser unos personajes muy amables y simpáticos. Lo peor: no llevaron discos para vender, con las ganas que tenía yo de hacerme con el material de la era Holton. Lástima.



SEX MUSEUM



A su favor tenían el factor casa y una veteranía que los avala. Yo nunca he sido especialmente seguidor de Sex Museum pero me consta que tienen muchos seguidores aquí y todo el mundo me comentaba cosas acerca de sus discos, conciertos y un impacto que estos tenían y que yo no tardé en comprobar. La expectación era un indicativo, sin duda, pues la sala se llenó hasta los topes cuando le tocó el turno a los madrileños, y de qué manera. Vaya show más groovie que comenzó con Deep Purple, primero con Mandrake Root y luego con Smoke on the Water fusionado con el Fight for Your Right de los Beastie Boys. A partir de ahí su actuación fue todo un derroche de actitud, con una fenomenal Marta y su órgano Hammond, un cantante estupendo y, sobre todo, el gran Fernando como maestro de ceremonias. todo un cachondo mental que no dejaba de soltar anécdotas e historias para aderezar las canciones y ahí que tuvo a todo un público comiendo de su mano. Pregúntale a cualquiera y te dirán que los Sex Museum fueron los triunfadores del viernes, algo que podríamos debatir pero que no que decir tiene que van sobrados de razones, como así lo demuestra la personaja que, indignada por no poder subir a cantar con ellos (o eso me pareció entender entre sus balbuceos y desvaríos), se abrió paso entre nosotros hecha una fiera para suplicarles que se quedaran. Impresionantes.

VALIENT THORR



Lo que no consiguió el cansancio ni las ganas de mear lo consiguieron Valient Thorr: echarnos de la primera fila. La cosa empezó de una manera delirantemente genial, con los barbudos thorriors en el escenario y acto seguido haciendo aparición su frontman Valient Himself ataviado de forma tan estrafalaria como él mismo y con una túnica color verde chillón al compás de Así habló Zaratustra. La solemne calma inicial fue breve y se rompió como el cristal ante el estallido de violencia en forma de Doublecrossed. Así dio comienzo la actuación de Valient Thorr, un grupo que ya comentamos y que hace la delicias de quien esto escribe gracias a su estilo que, como ya comentamos al hablar de su disco Stranger, combina perfectamente a Turbonegro y Anthrax con su dosis de stoner y ritmos de batería bastante complejos.

Con numeritos como el de Valient al bajarse del escenario y formar un círculo con los asistentes en el que, sentándose en el mugriento suelo, se puso a remar en dirección a su Venus natal. El concierto no conoció otra cosa más que violencia inusitada tanto dentro como fuera del escenario, mientras que se sucedían temazos como One Tuff Customer, Night Terrors, Sleeper Awakes o Heatseeker. Como dije, tuvimos que desplazarnos un poco más atrás para evitar ser arrollados por la marabunta y no es que me haga viejo, no, había que estar allí para verlo y sabríais a lo que me refiero.

Tal fue el volumen de cafrerío y mala ostia que la actuación pasó en un suspiro. Yo pensaba que iban a tener hora y media pero al final fue solo una hora y quizás sea mejor así, pues miedo da pensar hasta qué cotas llegaría el nivel de berserkismo y si habría cadáveres al final del concierto. Coñas aparte, fue una de las mejores actuaciones del día y el nivel de estos tíos quedó más que demostrado.



ULI JON ROTH



Una hora de descanso hizo falta para que la transición entre la violencia de Valient Thorr y la llegada de un Uli Jon Roth que seguro que no vuelve a cumplir 60 años fuera lo más suave posible. Además, la preparación del escenario llevó su tiempo por la cantidad de músicos e instrumentos que iban a ocuparlo, entre la banda podíamos ver notables figuras como el bajista Uli Ritgen, de Fair Warning y Zeno Roth (aunque admito que nos costó reconocerlo por lo extraño de sus rasgos físicos) y el cantante de Metalium, al que no conozco.

Yo me inicié con los Scorpions con el Blackout y de ahí en adelante, pero a medida que iba explorando a los teutones cada vez me interesaba más el material previo. ¡Ese Tokyo Tapes! ¡Taken By Force! ¡Virgin Killer! Así pues, tenía muchas y grandes expectativas con respecto a Uli, que venía dispuesto a darle un repaso a todo ese material clásico. Y a ver cómo decir esto: el atronador sonido de Uli, que engullía a todos los demás (la verdad es que las voces fueron las que salieron perdiendo de una manera u otra en todas las actuaciones del viernes) y su atmósfera calmada, gélida en ocasiones y con unos solos larguísimos fue un duro handicap. A mi nunca me ha asustado ver un concierto de un masturbamástiles, no solo por ser un rascacuerdas fan de esta clase de músicos, pero la verdad es que Uli llegaba a cansar estando descompensada la actuación con una espectacularidad interpretativa por un lado, con momentos verdaderamente sublimes como las partes a tres guitarras, pero con una sobriedad abusiva por parte de la banda.

Quizás si el sonido hubiera ayudado, habrían lucido más los clásicos de los Scorpions, que fueron elegidos con muy buen tino: All Night Long, In Trance, We'll Burn The Sky, I've Got to be Free...y cerrando una espléndida versión de All Along The Watchtower. La de Hendrix, claro. En términos generales, un concierto que se quedó en disfrutable y que podía haber sido mucho más con un buen sonido y otra actitud por parte de Uli, que además tenía que andar un poco perdido el pobre, pues se hizo un pequeño lío con el tiempo de actuación. Y lo siento mucho, sus sky guitars me parecen horteras y feas.


Y así fueron las actuaciones del viernes, el Z seguía en las calles y allí que fuimos nosotros, pese al cansancio, a echar unas birras y comentar la jugada. Por allí pululaba el golfo de Pat Travers, todo un personajazo. Pero eso es otra historia...

Mañana, volvemos con la crónica del sábado. Keep on rockin'!





No hay comentarios:

Publicar un comentario