Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

martes, 9 de abril de 2013

ON TOUR: MY DYNAMITE (SALA SUPERSONIC 8/4/2013)



Entre vacaciones en las que no te cuadran las fechas, algún despiste y movidas varias, ya echaba de menos volver a la dinámica de conciertos que nos traen los de Retorno a la Escena del Crimen con los dos Juanes al frente. Después de haberme perdido dos grandes bandas a las que hay que atar en corto como son Dirty Names y The Vegabonds, no iba a dejar pasar la ocasión de ver y disfrutar de My Dynamite, jovencísimo grupo australiano a los que tampoco conviene perderles de vista, como además tuvieron a bien demostrar en la noche de ayer.

Así pues, finiquitada la jornada laboral de un lunes que sin ser mejor ni peor que otros seguía siendo lunes, se desplegaba ante mí un suculento plan de concierto que fue bien recibido con cervezas mediante y a la espera de que llegara el fiel secuaz Recluso Tarkovski. Lo dicho, unas birrejas de rigor, concierto y para casa, que es lunes y no es plan de entregarse al despiporre.

Y en lo que respecta a farra y cerveceo sí que nos quedamos en el lunes, pero el show que montaron estos australianos fue totalmente digno de un viernes o un sábado. Empezando con puntualidad bastante rigurosas, nos vimos de repente sumidos en una avalancha de temas tanto de su reciente primer trabajo (del que hablaremos por aquí, qué duda cabe) como de otros lp's que vendrán con el tiempo y que esperaremos con ansia. Al respecto del show de estos tíos hay que aclarar que quizás un concierto en la gaditana sala Supersonic es algo quizás bastante difícil de describir por aquí, donde uno está como en casa y es fácil ser parte de la fauna habitual, algo más allá de la comunión entre grupo y público, cosa que My Dynamite pillaron a la primera, no dudando en ningún momento en hacer el mono junto al resto del público y subiéndose a las propias estructuras de la humilde sala, otra gran protagonista de la noche aguantando casi más y mejor que la mismísima Hammersmith Odeon y con un sonidazo de gran categoría.



Como iba diciendo, un setlist ajustado al repertorio de la banda, del que destacaría temas que me parecen francamente grandes, como el single Fork In Your Tongue, Dirty Game, Take It Or Leave It y una colosal Singing Stormy Weather entre otras que estos chavales fueron desgranando entre alguna ocasional birra y chupito de tequila, que venía bien para la garganta, según el propio Pat Carmody, vocalista de la banda. No tardamos en sacarles parecidos, los cuales llevaban muy a gala, pues nos alcanzaban los ecos de Black Crowes (¿alguien duda de que posiblemente sean una de las bandas más influyentes de los últimos tiempos?), The Faces, Stones...tanto es así que se despidieron con un Stay With Me (que ya pedía el público de antemano) de gran categoría y un simpático detalle que tuvieron al dedicar a este servidor el Happy de los mismos Rolling Stones, puesto que llevaba una camiseta de estos. Con el valor añadido de haber elegido un tema tan poco convencional entre el repertorio stoniano como esta maravilla del Exile on Main Street, sin duda estos tíos saben como complacer a una dama...

En definitiva, nos quedamos con otra gran noche de rock'n'roll y con la promesa de un grupo que desde ese momento tiene mis ojos y orejas encima de ellos. No los dejen pasar si tienen la ocasión y si no son tan afortunados, tenéis en su web tres temas como adelante de su cojonudísimo disco, el cual os recomiendo con el mismo fervor. Ante tesituras como estas, ¡benditos lunes!

Keep on rockin'!




lunes, 8 de abril de 2013

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (CXVII): THE CRICKETS - THE "CHIRPING" CRICKETS (1957)



Con unas enormes gafas, pelo ensortijado, su eterna Stratocaster y un grupo con nombre tan inocentón como su propia pose se daba a conocer Buddy Holly, iniciando una brevísima pero fundamental trayectoria, tan relevante como puede haber sido apadrinar en la sombra a Beatles, Shadows, Kinks y una larga lista de nombres (y no me lo invento yo, Lennon fue el primero en afirmarlo en su día). Buddy Holly fue el primero en muchas cosas: leyenda medíática por su temprana muerte, fabricante de éxitos que sobrevendrían a varias generaciones posteriores y quizás por encima de todo, un auténtico pionero rockero con todas las de la ley. Y no es cometer una injusticia contra sus compañeros Crickets, siempre al pie del cañón desde un discreto segundo plano, tanto en el escenario como componiendo, pero sin duda Buddy era una figura legendaria e irrepetible, capaz de eclipsar a todo aquel que estuviera a escasos metros de distancia.

Hoy rescatamos su debut, un disco verdaderamente imprescindible aunque solo sea por contener el recetario de lo que es la música de Buddy y sus socios y que es algo más que el rock'n'roll básico y buenrrollero que le caracterizaría, gracias en parte a la magia de los coros de los Crickets y la alegre sencillez que contiene la brevedad de sus temas; a un servidor le resulta imposible resistirse a la genialidad minimalista del Buddy Holly guitarrista, con esas rítmicas tan originales y divertidas y sus melódicos solos, escuetos y simples pero geniales de principio a fin. En definitiva, la grandeza del "menos es más" a través de Holly es algo que más que adscribirse a un género es la creación de uno propio.

Como tantos otros, este disco sigue las reglas de su juego a rajatabla, es decir, encontraremos versiones, muchas versiones, con la licencia que te concedía el apropiarte de esos temas si ciertamente así lo valías; así pues, temas como Oh, Boy! e It's Too Late hayan pasado a ser sinónimo del rockero de las gafas mientras que también encontramos joyas como You've Got Love, cuyo autor Roy Orbison no estaba dispuesto a abandonar por las buenas. Claro que Holly jugaba con deportividad y nos legó temas para la eternidad gracias a que también han sido temas de otros, en este caso me refiero especialmente a la inmortal y boddilyesca Not Fade Away, verdadero himno del rock junto a otros como la alegre pero siniestramente ominosa That'll Be The Day. Hay quien afirma de una manera quizás algo simplista que el resto de temas que no se convirtieron en singles no llegan a la altura de las otras pero que siguen siendo grandes piezas de rock, yo me veo incapaz de escucharlas con esa sobriedad; dejad que los 50 entren en vuestras vidas (o que vuelvan si sois ya veteranos) con el rockabilly de I'm Looking For Someone To Love, el melancólico country de An Empty Cup, los sonidos de gospel y doo-wap en Send Me Some Lovin' o/y el chulesco desparrame de Rock Me Baby. ¡Buddy era y sigue siendo muy grande!

Convertíos en PeggySues y BillyBoys aunque sea por unos escasos momentos (este disco no llega a la media hora) y disfrutad de la alegría rockera de Buddy Holly, alguien cuya carrera solo pudo ser silenciada por aquel fatídico accidente y aún así con solo tres discos ya dijo más de rock'n'roll de lo que quizás podamos decir en nuestra vida tú y yo.

Keep on rockin'!

THE CRICKETS - THE "CHIRPING" CRICKETS


  1. "Oh, Boy!
  2. "Not Fade Away
  3. "You've Got Love" 
  4. "Maybe Baby
  5. "It's Too Late" 
  6. "Tell Me How" 

  1. "That'll Be the Day
  2. "I'm Looking for Someone to Love" 
  3. "An Empty Cup (And a Broken Date)" 
  4. "Send Me Some Lovin'" 
  5. "Last Night" 
  6. "Rock Me My Baby" 

lunes, 1 de abril de 2013

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (CXVI): BO DIDDLEY - IN THE SPOTLIGHT (1960)



Si el corazón del rock'n'roll quizás sea un tío y su guitarra, es una lección que aprendimos del señor Ellas Otha Bates, o McDaniel, o como lo conocemos todos, Bo Diddley, cuyo sobrenombre de The Originator es más que justo. Añádanle a ello una cachonda actitud egocéntrica, guitarras con forma de caja de bombones, un pegadizo ritmillo a lo hambone rural y un estilo, macarreo, actitud y clase sin precedentes y ni aún así podremos hacernos una idea de la magnitud de Diddley, para ello hace falta pegarle bien la oreja a su magnífica discografía, de entre la que hoy destacamos este genial In The Spotlight, que abre una decada que si bien no fue del todo bondadosa con la generación de Bo, sí que cuenta con los hijos musicales de Diddley como protagonistas de esta. Precisamente una de las razones por las que he optado por estrenar a Diddley en este blog con este álbum es por temas como el tema inicial Road Runner, auténtico himno que ha trascendido la suya y demás generaciones como así lo demuestran Stones, The Zombies, The Who, The Clash y demás. Es por este tipo de razones, en las que son las canciones las que hablan, por la que podemos decir que Bo Diddley era inmenso.

Una de las cosas que más me gustan y atraen de este álbum es ese aire de coña que siempre tienen las grabaciones de Diddley pero que en este caso me resultan más divertidas, pues decir "experimentales" me resultaría quizás demasiado, más aún con el sonido tan natural y "diddlyesco" que tiene todo el disco. Me refiero a esas leves variaciones de registro en cada tema que le dan más personalidad aún si cabe a cada corte del álbum, ahí tenemos desde el toque gospel de Let Me In al deje hawaiano de Limber, del paso a los 60 de la propia Road Runner a un tema más anclado en años anteriores como Deed And Deed I Do o la estupenda Walkin' And Talkin', donde todo funciona a la perfección, con sus magníficas melodías vocales, sus fantásticos coros y la sobria guitarra de Bo y su bendito twang. Sin dejar de lado incluso temas más baladeros como una gran Love Me.

Por lo demás, como iba diciendo, es un disco divertidísimo, como confirman la cachonda Story of Bo Diddley, instrumentales como Scuttle Bag (en la que el pillastre de Bo elimina de manera poco disimulada las letras de la posterior Live My Life), explosión de ritmos de la casa en Craw-Dad y un Signifying Blues de escándalo, claro que tampoco podía ser de otra forma, teniendo Diddley al lado a alguien situado entre lo más alto de mi panteón bluesero personal como es el bajista Willie Dixon.

Vale que el título de Ayatolá del rock'n'roll no es algo para conceder así a la ligera pero sin duda alguna podemos decir que Diddley es mucho más que un serio aspirante. ¡Con cuanta razón querían Jagger y Richards peregrinar a Chicago, a los estudios de Chess/Checker! Hablando de esto, por cierto, háganme caso y echen un vistazo al catálogo de Hoodoo Records, que están reeditando mucho material de estos titanes del rock a precios bastante atractivos y con gran sonido. Charcos de babas garantizados, oigan.

Keep on rockin'!