Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

martes, 27 de noviembre de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (LXXXIX): THE BEATLES - THE BEATLES (1968) (I)



Debería estar hablando del gran concierto que dieron Electric Mary aquí el pasado sábado pero por culpa de su gran interpretación de Helter Skelter casi que me veo obligando a volver a sacar a los de Liverpool a la palestra y en esta ocasión con uno de mis álbumes preferidos. Y, créanme, hablando de los Beatles para mí es decir mucho.

Pocos discos en general y de los Beatles en particular son tan inclasificables como este, publicado originalmente con nombre homónimo pero conocido por todos como el Álbum Blanco (White Album) y, una vez más, manifiesto de la genialidad de los Fab Four. No digo esto a la ligera, al talento, habilidad y genio de los británicos por todos conocido hay que sumar la de disputas internas, movidas varias, experimentos y multitud de idas de olla de los implicados, que fueron más de cuatro; mas podríamos decir que bien está lo que bien acaba pues pese a ser un disco cuya apariencia sea la de estar hecha a base de retazos cogiendo de aquí y allá su solidez se asienta en una colección de canciones cojonudísimas y capaces de hacer al oyente más pasajero peregrinar a Liverpool de rodillas. Vale que aquí cuando hablamos de los Beatles no nos andamos con medias tintas y que soy un fiel en la fe Beatliana sin redención alguna pero es que este trabajo, a falta de una definición tan innecesaria como inexplicable es muy, muy grande. Mientras escribo estas líneas, como es costumbre, lo estoy escuchando de fondo y, maldita sea, me sigue sorprendiendo y volviendo del revés, y os aseguro que ya lo he escuchado unas cuantas veces.

En esta amalgama de todo lo que los Beatles son y representan, empezamos con un revés a Chuck Berry con Back In The USSR que igualmente haría las delicias de tan gran padrino rockero. Dear Prudence, a continuación, es un bellísimo tema con unas armonías preciosas, nada nuevo bajo el sol en estos casos pero es una absoluta maravilla.  Tras la cachonda y autoreferencial Glass Onion viene la famosísima Ob-la-di Ob-la-da, tema que particularmente detesto un poco, el exceso de indulgencia por parte de los Beatles con este tema (un intento de reggae, decían) y discutibles (amén de horteras) versiones posteriores de este tema han hecho que le coja cierta tirria. No digo que sea un mal tema pero desde luego no es mi tema.

Tras una de tantas bizarradas, Wild Honey Pie, viene la divertida The Continuing Story of Bungalow Bill, otro tema cachondo en cuanto a letra e incluso música, con una progresión de acordes muy interesante; un tema que sin duda disfruto mucho. Mas llega la hora de ponerse en pie: suena While My Guitar Gently Weeps, el puñetazo de Harrison sobre la mesa de Lennon y McCartney con la superlativa presencia invitada  del mismísimo Eric Clapton con un solo que pone los vellos de punta, algo tremendo. Pero el disco sigue y si bien la calidad es la constante también lo son los cambios de registros, como si fueran cambios de humor de una estrella del rock engreída, y precisamente para cambios tenemos toda una rapsodia a lo Beatle como es Happiness Is A Warm Gun, otro tema cojonudo con unas secciones casi hard rockeras que encuentro dignas de quitarse el sombrero.

Así, entre solemnidad y diversión, llegamos a Martha, My Dear a ritmo de music hall. Tampoco es de mis preferidas del álbum, es lo que tiene tanto experimento disparando sin apuntar, a unos les acertará y a otros no, pero sigue siendo un tema digno de sus firmantes, no obstante. Prefiero quedarme con esa pequeña joya que es I'm So Tired, con el mismo ritmo quejumbroso de la historia de Lennon y su insomnio convertidos en genialidad. Paul también tiene algo que decir, claro, y vuelve con su folk para cantarnos la entrañable Blackbird.

Piggies es otro asalto de Harrison pero distinto de lo habitual, cantada a coro y a ritmo de clavicordio, que termine de forma abrupta para dar lugar a Rocky Raccoon, otro tema de carácter paródico y con cierto tono folkie. Tampoco Ringo se queda fuera a la hora de firmar, con una simpática Don't Pass Me By que versionarían brillantemente los Georgia Satellites años más tarde. Y empezando la recta final un simplón pero divertido blues de 12 compases llamado Why Don't We Do It In The Road? y seguido por un excelente I Will que me recuerda a los temas del With The Beatles y un homenaje en forma de balada a la madre de Lennon, Julia.

Un magnífico disco como hemos visto lleno de grandes composiciones, improvisación e ironía a partes iguales que de tan épico vamos a tener que separar en dos artículos para seguir hablando de su segunda parte, pues en su totalidad hacen ni más ni menos que treinta temas!

Keep on rockin'!

THE BEATLES - THE BEATLES (Part I)

1."Back in the U.S.S.R."  

2."Dear Prudence"  

3."Glass Onion"  

4."Ob-La-Di, Ob-La-Da"  

5."Wild Honey Pie"  

6."The Continuing Story of Bungalow Bill"  

7."While My Guitar Gently Weeps

8."Happiness Is a Warm Gun"  


1."Martha My Dear"  

2."I'm So Tired"  

3."Blackbird"  

4."Piggies(Harrison)

5."Rocky Raccoon"  

6."Don't Pass Me By

7."Why Don't We Do It in the Road?"  

8."I Will"  

9."Julia"






viernes, 23 de noviembre de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (LXXXVIII): QUEEN - QUEEN II (1974)



Mucho y con mucho énfasis se ha insistido por aquí en mi admiración hacia Queen, una de mis bandas predilectas desde que los descubriera hace muchos años y que no ha dejado de sorprenderme y aleccionarme desde entonces. En este caso volvemos a adentrarnos en su discografía para recordar una vez más al titánico Freddie, quien nos dejara un 24 de Noviembre (mañana) hace ya la friolera de 21 años.

Como ya hemos hablado aquí en otras ocasiones de la banda británica pocos preámbulos vamos a añadir, únicamente decir que este segundo álbum tiene un embrujo que considero especial amén de pertenecer a mi época preferida de la banda, que es la que arranca desde el principio hasta 1980 inclusive. En este caso, los ingredientes no eran muy distintos de aquel álbum de debut que saliera dos años antes, mas sin embargo se acentúa el barroquismo de la banda en lo concerniente a composición, armonías, voces, guitarras y todo aquello que forma parte del mágico sello y marca de la casa Queen, consagrándose a pasos agigantados cada vez más. Quizás esto se reflejaba en un sonido algo más oscuro pero que como decíamos no se cierra en banda a sus experimentos, dando rienda suelta a su vertiente más folkie y, como no, al glam con el que siempre se les identificó pero que en el caso de Queen era algo único. El propio concepto del álbum, no obstante, es oscuro, diferenciado en una cara blanca y otra negra y una característica e icónica portada.

Con notas y armonías ominosas abre el show Brian para un Procession con aires de marcha fúnebre que gradualmente va saltando hasta dar paso a uno de los temas más grandilocuentes del álbum, la fantástica Father To Son y en realidad, ya con estos dos temas podríamos definir lo que es y va a ser el disco de sobra pues encierran todo lo que se espera de Queen, desde un celestial piano a metal salvaje, pero aún así prefieren dejarnos varias sorpresas más a descubrir, pues como buenos amos de pista saben que el show no ha hecho más que empezar (y que debe continuar, claro).

Como estamos en los dominios de la Reina Blanca, es el turno de White Queen (As It Began), una canción mágica con una atmósfera que reúne acústicas y energía metalera, y hay que ver cómo se sale Freddie! Un tema muy grande que termina dando un bandazo hacia los Queen más pop de Some Day One Day, en esta ocasión cantado por Brian May y que no será el único en tomar el control del micro, pues, cómo no, Roger Taylor siempre tiene algo que decir y en este caso es The Loser In The End, a la sazón tema suyo y como suele ser habitual, en su estilo hard rock pesado.

Pasamos ahora a la cara negra con uno de mis temas preferidos del álbum, Ogre Battle, que empezando por ese pedazo de riff cuasi-trashero es un auténtica joya sin ningún tipo de autocontrol: Queen en su auténtica esencia. Casi lo mismo podemos decir de The Fairy Feller's Master-Stroke, donde además se encuentran esa amalgama de fantasía, mitología y arte (inspirado en una pintura de Dadd) que tanto ha interesado a Queen y que forma parte de ellos. El tema perfecto donde volcar todo el vodevil y los mil barroquismos de la banda. Casi nos resulta raro encontrarnos una balada sobre corazones rotos y de tipo más convencional (aunque habría que definir "convencional" cuando hablamos de Queen) como es Nevermore, que incluso no puede evitar cierto momento épico a lo Jim Steinman.

Como nos hallamos ahora en la cara negra, es hora de rendir pleitesía a su monarca con The March Of The Black Queen, otro de los temas más extensos y obra maestra donde las haya y no es una cosa que se pueda decir a la ligera, pues es posible que encontremos alguno de los gérmenes más grandes de Bohemian Rhapsody aquí. Una canción que cuenta con todos los excesos de Queen, tanto que no se puede terminar y no queda otra que enlazar con Funny How Love Is, uno de esos experimentos hechos con un ojo puesto en los Beatles y que tampoco desencaja aquí, pero si hay un tema que me llame más la atención es el punto final del disco, aquel que fue una suerte de coitus interruptus en el anterior trabajo, la gran Seven Seas Of Rhye. No olviden que Queen sea quizás el grupo más inclasificable de la historia pero que en cuanto a hacer rock no es fácil ganarle. Si le ganan, que esa es otra.

Lo cierto es que pocas veces oigo reivindicar este álbum pero sí es verdad que las veces que sale a la palestra suele ser por parte de devotos como yo quienes no tienen más que alabanzas hacia este disco. ¿Qué quieren que les diga? Sigo pensando que en Queen II es donde podemos encontrar la magia de Queen en el estado más puro.

Keep on rockin'!

QUEEN - QUEEN II

1."Procession" (Instrumental)
2."Father to Son"  
3."White Queen (As It Began)"  
4."Some Day One Day"  
5."The Loser in the End" 

1."Ogre Battle"  
2."The Fairy Feller's Master-Stroke"  
3."Nevermore"  
4."The March of the Black Queen"  
5."Funny How Love Is"  
6."Seven Seas of Rhye"




miércoles, 21 de noviembre de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (LXXXVII): MICHAEL SCHENKER GROUP - BUILT TO DESTROY (1983)



La simple mención pasajera del célebre guitarrista germano en una conversación cualquiera me ha servido para elegir el disco de hoy. Por supuesto que más allá de este "kickstarter" existen miles de razones para loar las alabanzas de Michael Schenker, figura relevante en el devenir de bandas tan grandes e influyentes como Scorpions y UFO, al igual que grande e influyente es el propio Michael, guitar hero donde los haya, fuente de inspiración y motivo de admiración por parte de la comunidad guitarrera, desde el mayor sultán del mástil hasta humildes rascacuerdas como un servidor. Cada guitarrista, y hablo de nombres mayúsculos, tiene su toque propio y su sello personal y probablemente el fuerte de Schenker es su habilidad y genio a la hora de componer melodías capaces de unir brillantez, feeling y belleza con un sonido limpio pero agresivo por cortesía de sus buenas manos y su eterna Flying V (Gibson en su día y Dean desde hace un tiempo).

Estas cualidades son fáciles de apreciar en casi la mayoría de su obra así que me he decantado por el que fue su cuarto disco volando en solitario, que no mal acompañado, como se verá. Este álbum no es otro que Built To Destroy, que además de ser, ni que decir tiene, de lo más óptimo de su producción contiene incluso alguna sorpresa que otra.

Si hablábamos del buen sonido de Schenker no nos podemos ceñir exclusivamente a lo guitarrístico, pues ya el primer corte, la sensacional Rock My Nights Away está marcada fuertemente por unos teclados que le sientan estupendamente a la banda de Michael, encima rematados con momentos de auténtica belleza guitarrera. Más teclados suenan en la siguiente I'm Gonna Make You Mine, donde es justo resaltar también la excelentísima labor del cantante Gary Barden, sustituyendo a nada más y nada menos que a Graham Bonnet. Precisamente el protagonismo de este tema es más de la voz aunque por supuesto Michael no deja de hacer de las suyas.

The Dogs Of War, más contundente y macarra, es otro gran tema que precede a una animosa Systems Failing y, resaltando obviedades otra vez, vaya pedazo de solos los que se marca Michael. Toda guitarra en este tema es digna de su apellido, pero si hablamos de guitarras y Schenker desatado entonces tenemos que hablar de Captain Nemo, una maravilla de tema instrumental donde el endiablado riff inicial va desembocando en todo un despliegue melódico casi hipnótico.

Volvemos al hard rock más directo y convencional con Still Love The Little Devil, adornado con un potentísimo estribillo pero sin duda la gran sorpresa nos la llevamos con Red Sky, el cual no es únicamente un temazo sino que cuenta con la participación en la composición del gran José Luis Campuzano, nuestro admiradísimo Sherpa, quien contaba en sus memorias cómo surgió este tema tras una noche de juerga, amén de sus pormenores con las extravaganzas y peculiaridades del teutón, que no son pocas. Anécdotas aparte, me sigue pareciendo uno de los mejores cortes del álbum. Iniciando la recta final, otro alarde de melodías en la genial Time Waits (For No One), terreno donde ya sabemos lo bien que se mueve Schenker y así lo demuestran sus solos, llegando a sonar a AOR incluso; y como final definitivo un recurso que debió aprender del grupo de su hermano Rudolf, cerrar el álbum en plan baladero. No soy muy amigo de esta práctica pero la verdad es que Walk The Stage, que tampoco es que sea una balada propiamente dicha, es un tema francamente bueno y sus partes duras son tremendamente contundentes.

En suma, un álbum magnífico cuya edición en cd recomiendo por ser la combinación de todas las ediciones previas existentes, no dejando así ningún tema fuera y que, como ya comentábamos reúne a una grandísima banda completada por el siempre fiable Chris Glen al bajo, Andy Nye a los teclados y Ted McKenna a la batería.

Keep on rockin'!


MICHAEL SCHENKER GROUP - BUILT TO DESTROY

1."Rock My Nights Away"  

2."I'm Gonna Make You Mine" 

3."Dogs of War"  

4."Systems Failing"  

5."Captain Nemo"  

6."Still Love That Little Devil"  

7."Red Sky"  

8."Time Waits (For No One)"  

9."Walk the Stage"  



lunes, 19 de noviembre de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (LXXXVI): CREAM - FRESH CREAM (1966)



Por mi edad, el primer Clapton que conocí fue el de un sobrio pero más que digno disco en acústico cuya portada nos mostraba a todo un señor sentado con una guitarra acústica y lo cierto es que me gustó aquel disco. Más tarde descubrí que ese señor tenía un pasado bastante curioso y llegó a convertirse en uno de mis héroes. Pero todavía no había escuchado a Cream. Cuando descubrí que aquel honorable señor había sido un salvaje psicodélico cuyo apodo de Slowhand tardaría por llegar y con motivo y que tocaba con dos fieras pardas como eran los titanes Ginger Baker y Jack Bruce en este super trio fue una de esas experiencias imposible de olvidar. Nunca en mi vida había escuchado algo como Cream y sigue sin haber quien le pueda hacer sombra y así, al cumplir los 14 años ya era yo un claptonmaníaco sin reservas, había pasado de ser un héroe a ser un dios, tal y como afirmaba la chavalería de la época dejándolo escrito sobre las paredes londinenses.

Y quería empezar la semana acordándome de este simpar grupazo cuyo primer disco tenía en cassette que me grabó un tío mío también fan de Eric y sus circunstancias y más recientemente he recuperado en CD. El debut de este maravilloso trío que, si bien no traía aquellas Sunshine Of Your Love y White Room que me volvían loco (en más de un sentido, sin los discos a mano y, por supuesto, sin internet, la única manera de escuchar esos temas e intentar sacarlos con la guitarra era poniendo el vídeo The Cream of Eric Clapton y rebobinando y pasando varias veces. Con el coñazo añadido de que la guitarra era española. Un numerito.) fue un disco que no solo no defraudaba en absoluto sino del que aprendí muchas cosas pues cumplía con una gran labor didáctica en su uso de clásicos blueseros a la vez que uno se lo pasaba estupendamente con esas demenciales jams, la elegancia y la clase de Jack Bruce, el salvajismo de Ginger Baker y mi superhéroe Clapton (con capa y colores chillones incluídos) demostrándome por qué a él le llamaban dios y yo sigo siendo un humilde mortal que, encima, dejaba un charco de babas al escucharlo.

Como es lunes, si un disco empieza bien es muy probable de que, por lo menos, la semana pueda empezar con buen pie y vaya si cumplen al respecto, con un maravilloso y soberbio I Feel Free cuya simpática y groovie introducción da paso a un sencillo pero efectivo trallazo rockero coronado con el primer magnífico solo de Eric. N.S.U. es otro tema de quitarse el sombrero y prueba de que este trío también funciona perfectamente en el apartado vocal. Es otra descarga rockera de alto nivel que precede a un blues más convencional y exquisitamente británico como Sleepy Time Time. Los más puristas lo llamarían blues de ojos azules pero creo que el testigo estaba en buenas manos, como se verá.

Una breve y barroca Dreaming, muestra de la excelente conjunción de voces que decíamos antes y muy divertido, da lugar a Sweet Wine, otro tema auténticamente Cream, es decir, son los años sesenta británicos sin duda pero de ahí al rock duro e incluso el metal cada vez menos faltaba ya. Con esto dicho, pasamos a aquello que no podía faltar en el primer disco de un grupo de grandes talentos con unas raíces muy claras y afición a la improvisación; hablamos, cómo no, de versiones de grandes del blues y ya la primera es toda una bofetada, con el Spoonful de Willie Dixon en bandeja para que estos tres hagan y deshagan a su antojo. El espíritu de la jam no se puede parar y así Baker adapta un tema tradicional, Cat's Squirrel, para que se queden a gusto.

Clapton vuelve a reivindicar a los suyos y haciendo valer su voz y voto incluye el indispensable homenaje a Robert Johnson en forma de Four Until Late una vez más de sobresaliente factura. Quien sabe si seguirá el bueno de Robert litigando por su alma con Satanás pero desde luego puede sonreír complacido. Tampoco puede faltar una muestra de respeto hacia Muddy Waters y Skip James, con sendos alzamientos de sombrero como son la clásica Rollin' and Tumblin', otra vez más cocida en el infierno de la jam, y una más que simpática I'm So Glad, con otro regalo en forma de melodías y armonías vocales.

Para finalizar, un tema de cosecha propia, la instrumental y salvaje Toad. Rock duro del bueno que, por cierto, celebré y casi festejé oír años más tarde en esa obra maestra del séptimo arte que es Uno de los nuestros, de Martin Scorsese. ¡Si ya la película era genial encima sumémosle la presencia de Cream!

Salvo las obligadas menciones, no me he detenido a admirar la ejecución de los temas y mucho menos la técnica de nuestros protagonistas porque todo lo que se puede decir son clichés y probablemente ni hagan justicia. Para ello hay que escucharlo y comprobar que lo de estos tíos no es de este planeta, y todo esto teniendo en cuenta que esto era la primera sangre, pues la carrera de Cream aunque breve ya tiene mucho que decir, quizás incluso más que otras mucho más extensas. Podemos afirmar, por lo tanto, Cream are gods.

Keep on rockin'!

CREAM - FRESH CREAM 







lunes, 12 de noviembre de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (LXXXV): AC/DC - BLOW UP YOUR VIDEO (1988)



A lo largo de la legendaria carrera de AC/DC estamos acostumbrados a la loa y alabanza continua de un reducido número de discos en detrimento de otros, llegando a extremos como sentencias que dicen que la carrera de los australianos una vez reclutado Brian Johnson se reduce casi exclusivamente a Back In Black ("y poco más" afirma alguno y sintiéndose generoso). No negaré que tengo cierta devoción hacia la banda de los hermanos Young, claro está, pero me apetece defender uno de estos trabajos quizás más ninguneados e incluso machacados publicado en un año en el que además los intereses iban por otros derroteros frente a unos AC/DC siempre románticos de lo suyo que seguían haciendo lo que querían y sabían hacer bien. Como afirman en el segundo corte del disco, That's The Way I Wanna Rock'n'Roll.

No hace falta decir que esto no es Highway To Hell ni High Voltage, ni siquiera Back In Black, ni falta que le hace, tampoco es como varios de los trabajos de la década de los ochenta, bastante discutibles en el mejor de los casos algunos. Sigue siendo para mi algo más que un correcto disco de AC/DC, disparando riffs a mansalva, cantando bien alto y con muy, muy buenos temas. También quiero romper una lanza, ya que estamos, por la producción de los sempiternos Harry Vanda y George Young, perros viejos ya que supieron darle un sonido más limpio pero libre de florituras (de hecho, debo decir que me gusta mucho el sonido de los álbumes de la banda durante esta época de finales de los 80). 

Una de las cosas que siempre se le ha dado bien al grupo es abrir el baile y en esta ocasión la vuelven a clavar con uno de los temas más grandes compuestos en la era Johnson, a mi parecer, la genial Heatseeker (y si dudan del potencial de este tema, vean el directo de Donington y me cuentan). La anteriormente mencionada That's The Way... a buen seguro despeja toda duda sobre la banda y su identidad y si quieren macarrismo de la vieja escuela al estilo Young pues ahí encontrarán después la fantástica Meanstreak.

La ominosa entrada de Go Zone da pie a un groove cachondo y muy rockero para un tema muy a la altura, ingredientes que vuelven a mezclar para una nueva patada en la dentadura con la brutal Kissin' Dynamite. AC/DC están de vuelta y como ya avisaron, no van a tomar prisioneros. Quizás Nick Of Time me resulte la más floja y puede que sea donde se agarren sus detractores pero tampoco me parece un mal tema, que cuenta además con un puente y estribillos muy simpáticos; mucho mejor me parece la posterior Some Sin For Nuthin', más macarra y fiera. Es notable resaltar que Angus abandona un poco más los solos extensos y alocados, más característicos, en detrimento de un mayor número de partes y melodías a dos guitarras con Malcolm, que la verdad es que, aunque diferente, no suena nada mal. No son Gorham/Robertson, Tipton/Downing o Murray/Smith, claro, pero tampoco lo necesitan. 

Estoy escribiendo esto un lunes, así que si os ponéis en situación seguro que disfrutaréis uno de los temas más divertidos del disco como es Ruff Stuff, un grandísimo tema que lo mismo puede valer para echar cara al comienzo de una semana como para empezar el final de la misma. Claro que tampoco hay que dejar atrás Two's Up, con uno de esos riffs más oscuros propios que abundarían en el sonido de AC/DC en la época y que gracias al buen hacer guitarrero de los Young junto con el trabajo vocal de Brian (vaya estribillo!) y el acierto de Vanda y Young tras los controles convierte al tema en toda una joyita si bien hay que decir que un poco largo para un tema así. Si comentábamos antes el potente inicio del álbum, el fin no podía ser menos y viene a ser toda una lección de contundencia y salvajismo, alentada por los parches de Simon Wright (Dio, UFO, MSG, Rhino Bucket); esto solo puede significar la guerra, This Means War.

En definitiva, un disco al que las comparaciones, en este caso y como en muchas ocasiones, odiosas, han dejado algo atrás pero que ofrece sus recompensas si le pegamos la oreja, labor por otra parte mucho más satisfactoria que intentar definir/describir/etc. un disco de los australianos, labor tan inconmensurable como ellos mismos. Y es que no podemos olvidar que estos tíos han conseguido que el rock'n'roll haya sido y siga siendo sinónimo muchas veces de cuatro letras mayúscula atravesadas por un rayo, recuerden que en poco tiempo surgirían oleadas de grupos europeos ansiosas por reivindicar este sonido y recoger la antorcha.

Keep on rockin'!

AC/DC - BLOW UP YOUR VIDEO

1."Heatseeker"  
2."That's the Way I Wanna Rock 'n' Roll"  
3."Meanstreak"  
4."Go Zone"  
5."Kissin' Dynamite"  
6."Nick of Time"  
7."Some Sin for Nuthin'"  
8."Ruff Stuff"  
9."Two's Up"  
10."This Means War"




martes, 6 de noviembre de 2012

ON TOUR: SERIE Z 2012 (II)


El sábado iba a ser duro, no solo por lo que nos esperaba sino por el palizón del día previo. Por ello, empezamos el día con mucha más calma y sosiego, no tanto por voluntad propia sino porque, reconozcámoslo, no podíamos ni con nuestras almas. Con eso y con todo fuimos a una buena hora que nos permitiera aparcar, comer sin prisas e incluso comprar discos y demás aunque me perdiera a los Devil's Dandruff y gran parte de la actuación de The Souljacket, de quienes pude oír una versión del mítico Nutbush City Limits que hicieran Ike & Tina Turner y que sonó bastante bien. Algo pude escuchar de la actuación de Igor Paskual, que venía bastante recomendado y desde luego se notaba la herencia de Loquillo pero que pese a unas muy curradas letras no consiguió conectar conmigo. Me consta que gustó a mucha gente y con merecimiento pero not my cup of tea.

Casi por instinto, ya nos vimos en el preferente sitio donde nos hallamos el día anterior, en la primera fila frente a la valla, animales de costumbres que somos. Y fue aquí donde ya empezó el recital de monstruos, que empezó tal que así...

VANDERBUYST



Frente a tanta leyenda y nombre consagrado, otro de los grupos que deseaba ver con muchas ganas eran esta jovencísima banda holandesa practicante del heavy metal más auténtico escuchado en años. Una vez más, el formato trío resulta ser toda una garantía de que lo que vamos a escuchar va a ser rock crudo y directo y vaya si fue así. Menuda energía la de estos tíos, dignos herederos de UFO (y no lo digo porque sí, al estilo schenkeriano de su virtuoso guitarra Willem Verbuyst hay que añadir una fantástica versión de Rock Bottom incluída también en su primer álbum), desgranaron el repertorio de sus dos discos con temazos como Black And Blue, Tiger, Tracy Lords, Stealing Your Thunder. Sin duda, grupo a seguir de cerca y al que espero de corazón volver a ver pronto.

Lástima que hubo que terminar el concierto de manera algo accidentada debido a ciertos problemas con el amplificador de Willem para mayor cabreo de este. Y lo entiendo, pues además de la putada que ello supone el amplificador era un Marshall JCM800 precioso.

WHITE COWBELL OKLAHOMA



Antes de empezar esta simpática banda nos volvimos a encontrar con Nortwinds y compañía quienes, al igual que el día anterior, se quedaron con nosotros para los restos formando ese peculiar sanedrín rockero y, de la misma manera y cómo no podía ser de otra manera, un placer como siempre.

¿Quién nos iba a decir que esos chavales de aspecto algo tímido que estuvieron comiendo al lado nuestra en un sitio cercano iban a ser una jodida fiesta de tal calibre en el escenario? Pues ya se pueden imaginar nuestra sorpresa cuando la siempre agradable perspectiva de ver a un grupo del corte sureño que tanto gusta por aquí fue un despiporre de agárrate y no te menées. Impresionate lo de estos tío, ataviados como cowboys y con un demencial Chainsaw Charlie robando el show a golpe de cencerro (blanco, of course).

El numerito de Charlie con el cencerro dejaba en pañales aquel famoso sketch del programa SNL sobre los Blue Öyster Cult y el cencerro pues el personaje este no paraba un segundo de sorprender una y otra vez, ora con un cencerro incendiario, ora invitando a chupitos de Jagermeister (y abrochándose lo que quedaba él solo). A ello añadimos una genial banda con gran sonido de tres guitarras, una cantante que nos dejó clavados en sus intervenciones y geniales temas como Diabla, Diabla y Put The South In Your Mouth (uno de los mejores títulos de la historia). Uno de los mejores y más divertidos shows que he presenciado jamás. No los dejen pasar.

JIM WILSON



Yo no soy tan fan de Jim Wilson y Mother Superior como lo es el amigo Nortwinds, quien me consta que lo flipó sobremanera, pero a pesar del agravante de tener que meterse el público tras la actuación de los anteriores el bueno de Jim estuvo más que sobresaliente, con un repertorio que daba cuerda a algún que otro clásico que el público agradeció y con una magnífica banda que acompañó a la perfección a un soberbio Jim Wilson que tocó de maravilla una preciosa Gibson Les Paul Gold Top.

Una actuación evidentemente más sobria pero sin que por ello desmerezca lo más mínimo. Bravo, Jim!

DAN BAIRD & THE HOMEMADE SIN



Mi devoción por The Georgia Satellites junto con la dificultad actual para encontrar discos en CD suyos (solo tengo un recopilatorio que pude encontrar a través de una megatienda de internet) provocaban en esa misma proporción unas enormes ganas de ver al genial Dan Baird repartiendo leña con esa voz tan "yodel" y característica suya. Además me alegró ver el concierto con mi hermana pequeña, a la sazón diseñadora de una de las camisetas del Z de este año y gran artista en ciernes (con un blog estupendo, por cierto).

Vaya fiera que era Dan, acompañado por unos grandísimos músicos. Un repertorio en el que pudimos encontrar temas como Damn Thing To Be Done, Two For Tuesday, All Over But The Cryin' y con momentos estelares para quien esto escribe como la magnífica y divertida I Love You Period y, por supuesto, tampoco podía faltar la tremebunda Keep Your Hands To Yourself. Uno de los mejores del festival también y un poco "tramposo" a la hora de tirar versiones, lo cual hizo también cojonudamente, siendo capaz de tomar prestado de gente como Deep Purple, Creedence Clearwater Revival, Ramones y Neil Young.

No solo apreciaré haber visto a Dan en directo sino que encima pudo firmarme el recopilata aquel de los Georgia Satellites como un señor, educado y simpatiquísimo. Gracias, Dan!



WARRIOR SOUL



No es que yo sea un veterano ni mucho menos, pero me sorprendió la cantidad de chavalería que pobló la sala esperando a los noventeros Warrior Soul, de los que también hablamos por aquí en su día y la verdad es que me sorprendió que, a excepción de su peculiar líder Kory Clarke, la edad de la banda iba en consonancia con la de estos seguidores. La verdad es que la puesta en escena fue arrolladora pero quizás Clarke no era consciente de que esto no era Donington y vaya ostión que se pegó en el primer tema, que le dejó visiblemente cabreado. "Así verás qué mala ostia le va a echar al concierto" me comentó Nortwinds y así fue. Sabe Crom si estaba realmente provocando, cabreado, con ganas de coña o quién sabe pero la verdad es que dio un conciertazo y no faltaron The Drug, Fuck The Pigs y temas incitadores al macarreo y la rabia mientras no cejaba en su constante pelea con el soporte del micrófono (e incluso con este mismo). Grandísimo concierto algo ensombrecido por el sonido algo embarullado que quizás hubiera ganado enteros con una ecualización mejor.

Y&T



Y llegaba el plato fuerte con el anuncio de que iban a pegarse dos horas y cuarto tocando ante un público que llevaba dándolo todo durante horas sin haberse sentado en un momento. Quizás el cansancio hizo más mella de lo que yo imaginaba, pues para cuando empezaron se había ido un considerable número de gente, algo que no puedo entender porque se perdieron un show de grandísima categoría pero en fin, "ca'uno es ca'uno" que se suele decir por aquí.

Y vaya tela con el señor Dave Meniketti y sus secuaces quienes abrieron con el Black Tiger del disco homónimo y cuyo 30 aniversario celebraban en esa gira. A partir de ahí era un no parar con temas que alcanzaron la catársis más bestial: Rock'n'Roll's Gonna Save The World, Mean Streak, Shine On, Winds Of Change, Hurricane y una colosal y amago de final Forever. Mención especial por mi parte para una Midnight In Tokyo que se pudo ver como hizo las delicias y tocó ciertas fibras de la mayoría de los asistentes, incluyendo a un servidor y, de manera especial, a una Miss Marvel que lo disfrutó como nadie. Por supuesto, bises de lujo con una sorprendente Contagious previa a la inevitable Rescue Me. Todo un derroche de calidad y alto nivel tanto por parte de un Meniketti soberbio como por parte de su fenomenal banda.



Pasado el concierto y tras un rato de espera, allí que aparecieron Meniketti y compañía para firmar y hacerse alguna foto con mucha amabilidad. Los discos a su montón y la foto al Hall of Fame en breve. Por cierto, nos reímos bastante con el simpático "flirteo" (ser rockstar es ética y estética) del bajista con Miss Marvel, el pobre no debe saber que es mucha mujer para él (y hasta para mi!!).

Cansados hasta la extenuación pero felices, dimos fin a un Serie Z de lujo y por todo lo alto al que le deseo que mantenga el mismo nivel, aunque ganas e intenciones no les faltarán. Mi eterno agradecimiento a los dos Juanes de Regreso a la Escena del Crimen por hacer todo un festival de ensueño posible. Bien saben los hados que pondremos todo de nuestra parte para plantarnos una vez más al pie del cañón en 2013 y salir igual o más contentos si cabe que este año.


lunes, 5 de noviembre de 2012

ON TOUR: SERIE Z 2012 (I)



Era el festival más esperado del año para quien suscribe, culpa de un cartel que se las prometía y deseaba y que no dejaba de generar expectativas para luego sobrepasarlas, amparados por una organización que nos tiene ya acostumbrados a lo mejor. Ante tal efecto nos plantamos la mañana del viernes una expedición compuesta por mis grandes secuaces Miss Marvel y el Dr. Pechuguino para quedar con otro grande como el Recluso Tarkovski, quien nos ofreció techo y lecho, generoso y magnánimo como siempre, y tirar rumbo al Z. Pese al tiempo nefasto de aquel día y lo que tardamos en comer, fuimos parte del sector más fatiga del festival, pues entramos al poco de haber empezado la primera actuación, cuando tampoco había mucha asistencia. La verdad es que llegar tan pronto tuvo sus recompensas, pues me pude ver de frente con Pete French y el resto de los Leaf Hound, que ya comenté hace poco lo mucho que los admiro y si encima resulta que demostraron ser unas grandísimas personas, simpáticas y de educación exquisita, pues mejor que mejor.  Vaya lujazo poder conversar con una leyenda viviente como French.

Pero bueno, como el día fue largo, vamos a contar como fue aquella sesión del viernes. Al turrón:

ARENNA

Cuando entramos estaban ya tocando estos tíos, un joven grupo vasco con gusto por el stoner. La verdad es que el handicap de la hora sumado al mastodóntico bocata que me había comido previamente quizás fueran culpables de que no los disfrutara en su justa medida pero me resultaron posiblemente demasiado stoner para mí. Me gustaría poder decir más y mejor pero no pudo ser, aunque no dudo de que los acérrimos del stoner deban tenerlos en cuenta.

PONTUS SNIBB 3

Ya venían muy recomendados por algunos de mis colegas y vaya si estuvieron a la altura. Un Pontus Snibb que ese día hacía doblete con Bonafide hizo de las suyas en formato trío con ese rock duro y salvaje heredero de AC/DC y Led Zeppelin. La verdad es que fueron un tiro y la perfecta antesala de lo que nos esperaba más tarde. Toda una muestra de esa escena sueca de la que siguen saliendo grupos como hormigas, y no es que me queje, claro, más bien todo lo contrario, uniendo gran calidad a unas puestas en escena impresionantes, que incluyen lanzamiento asesino de baquetas. Están locos estos suecos, que diría el galo.

SCOTT H. BIRAM



Con aforo tranquilo, presumiblemente debido a la ignorancia generalizada, incluyendo a un servidor, sobre este individuo, nos llevamos una de las sorpresas del festival. Scott es un buen hombre con aspecto de camionero redneck (probablemente lo sea) y que se presentó él solo con unas cuantas guitarras, un pedal de bombo y un altavoz para dar rienda suelta a un repertorio extremadamente macarra que hablaba de borracheras y mujeres malas malísimas. Lenguaje soez no, este tío haría sonrojarse a todo el reparto de Spartacus. Muy divertido.

BONAFIDE



Como había cogido un sitio muy cómodo en la primera fila pude comprobar como la sala se iba llenando. No solo la hora era más propicia sino que los propios Bonafide eran uno de los grandes reclamos de este año. Fue precisamente antes de empezar su actuación cuando se nos sumaron a la primera fila el amigo Nortwinds, grande como siempre, con sus muy simpáticos amigos. Siempre es un placer ver un concierto y compartir charla y birras con Nort y durante este festival pudimos montar un buen corrillo con toda la troupe en la primera fila, comentando la jugada y charlando. Además de tener la gentileza de saludarnos en su siempre recomendable y recomendado a la par que genial blog, se ha marcado una crónica que deberíais leer sí o sí.



Volviendo a Bonafide, algunos colegas míos los situaron como vencedores del día. Yo no me atrevería ni puedo atreverme a hacer este tipo de comparaciones porque me resultan imposibles, estos tíos simplemente jugaban en otra liga pero, aún así, no le faltaban razones a mis colegas; menudo recital el de los suecos, liderados por el ya conocido Pontus Snibb. Sin duda saben como meterse al público en el bolsillo, auténticos animales de directo ellos, ya sea no dejando ni un centímetro del escenario y casi de la sala entera sin recorrer o, cómo no, desgranando temazos de altísimo nivel: ahí tuvimos 50 Cent Millionaire, Down, Rebel Machine, Dirt Bound y un final apoteósico con Fill Your Head With Rock. Tampoco faltó un concurso de riffs entre Pontus y Mikael y un Nice Boys Don't Play Rock'n'Roll de Rose Tattoo, uno de esos himnos que suscribo al 100%. Tampoco faltó, por supuesto, lluvia de baquetas asesinas. Tíos simpatiquísimos con los que pude echarme un par de fotos, conseguir que me firmaran el disco e incluso charlar un rato; entre fans de Thin Lizzy siempre nos entendemos, claro.

KENTUCKY BRIDGEBURNERS



Una de sureñismo en vena. El veterano en estas lides Blaine Cartwright (Nashville Pussy, Nine Pound Hammer) volvía a estas tierras con este nuevo proyecto y un estupendo disco, Hail Jesus, bajo el brazo. Cierto es que la tradición en los estados del sur es fuerte pero desde luego Blaine sobrepasó toda idea preconcebida. Un fotógrafo me comentaba extrañado que lo que hacían Blaine y los suyos era gospel y que a él no le parecía, pero tampoco estaba tan alejado, puesto que gospel significa evangelio. Y es que ya nos avisó el propio Blaine cuando dijo que creía en Jesús y no en la Iglesia y que ese iba a ser su leit-motiv y desde luego, vaya si lo fue, resultando una suerte de Stryper rednecks y borrachuzos. Posiblemente si cada vez que Blaine cante "Jesus" uno se tomara un chupito la cogorza iba a ser, nunca mejor dicho, bíblica; y algo así tuvo que hacer el propio Blaine pues terminó el día escoñadísimo. Aún así, me dedicó el disco con un God bless you muy simpático (y legible).

Así de memoria, creo que el Hail Jesus lo tocaron casi entero, junto con más canciones de corte más profano. Una actuación genial únicamente ensombrecida por un sonido que no estuvo a la altura, embarullando demasiado e impidiendo que fuera una actuación redonda.

LEAF HOUND



Y llegó uno de los momentos que más esperaba y ya lo sabéis. Solo puedo decir que desde aquella primera fila, enganchado a la valla, vi y escuché magia. A Miss Marvel le dije que me había quedado absorto por completo, totalmente ausente del mundo; todos mis cinco sentidos (y si tengo habilidades extrasensoriales, también) estaban puestos en el escenario, donde el legendario Frenchie nos dio una lección a todos, conservando una voz capaz de hacer callar a muchos de sus colegas de la época, los que entonces acabaron bailando con la más guapa. Impresionante Pete, rodeado de una excelentísima banda, destacando al virtuoso guitarrista Luke Rayner (también simpatiquísimo fuera del escenario, por cierto).



Con un repertorio formado por temas del mítico Growers of Mushroom (una soberbia Work My Body, Drowned My Life in Fear, Stray, Freelance Fiend...) y su reciente y fantástico Unleashed (Too Many Rock'n'Roll Times, The Man With The Moon In Him...) había que añadir algún tema de Atomic Rooster, como ese Breakthrough que se marcaron. Sin palabras me dejaron; estos tíos merecen un monumento. No os los perdáis si tenéis la ocasión.

THE FLAMING SIDEBURNS



Pese a los años que llevan en esto, poco conocía yo a esta banda finlandesa con peculiar líder argentino. Lo poco que conozco es que tocan un punk-rock muy garagero con cosas muy interesantes pero que siendo francos no me motivan como otros. Lo cierto es que su actuación fue cojonuda, con un Speedo Martinez imparable e incansable, subiéndose a todos lados y liándola parda con un reconocible parecido a Jagger.

Sin ser de mis preferidos, una gran y muy divertida actuación. Si no puedo hablar más de ellos es por lo poco que los conozco, sorry.

MARTIN TURNER'S WISHBONE ASH




Como os podéis imaginar, estos eran otros que me hacía mucho ilusión ver pero parece que no era un sentimiento muy compartido. Había cierta incertidumbre y muchas dudas sembradas entre el público que, supongo que como yo, no teníamos la más mínima idea de qué había sido de tan mítica banda setentera que se presentaba con un único miembro de su formación original. Y ahí que salíó Martin Turner completamente ataviado de blanco, cual Tom Wolfe rockero con una banda que parecía recién salida del pub y de edad similar. Si alguien tenía algo que decir fue ahí donde toda la sala calló; menudo conciertazo tuvimos la suerte de presenciar.

Para los que, como yo, tenemos el Argus como disco de cabecera no pudimos pedir más esa noche: Throw Down The Sword, The King Will Come, Sometimes World, Warrior y, como no, la grandiosa Blowing Free. No todo fue Argus, claro, ahí tuvimos también Ballad of the Beacon, Rock'n'Roll Widow, No Easy Road y final con Jailbait. Algo más relajado, claro que sí, pero es que el señor Turner venció y convenció con clase y estilazo. No solo demostró que quien tuvo retuvo sino que los Wishbone Ash, sin duda, eran algo muy, muy grande.


Y así terminó un viernes que no fue sino el primer asalto. Camino de vuelta a casa a lamerse las heridas unos, a echar unos agradables bourbons previos a recuperar energías otros. Sin lugar a dudas, el sábado iba a ser muy grande...