Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

viernes, 30 de marzo de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XLVI): STEVIE RAY VAUGHAN - TEXAS FLOOD (1983)




Hoy, tras un fatigoso y cuantioso gasto de tiempo, esfuerzo y dinero; he aprobado el carnet de conducir. Ya llevo un rato digiriendo la novedad, pero creedme si os digo que es una de las mayores alegrías que me he llevado al cuerpo por algo que me va a ayudar bastante en mis labores y, por qué no, algún viajecillo habrá que hacer.

Pasado este trámite, ya puedo dedicarme a cosas más frívolas y divertidas como planificar la música que voy a llevar sobre las cuatro ruedas, pues además de haber sido una idea fija en mi cabeza durante años, ya va siendo hora de experimentar de primera mano esa relación existente entre el rock y los motores.

Igual que no faltó en la lista de guitarristas de hace unos días, tampoco puede faltar en mi vehículo algo del sucio boogie texano y rockero del enorme Stevie Ray Vaughan, otro de esos desaparecidos que nos hacen cuestionarnos nuestra fe en el Dios Rock por haberse llevado tan pronto a un genio de su calibre.

El bueno de Stevie, junto a una banda magnífica como pocas como era Double Trouble (formada por uno de los mejores bajistas que ha dado el mundo del blues, el señor Tommy Shannon, y el batería Chris Layton), tuvo a bien dejarnos para la posteridad un soberbio album de debut donde desgrana su genial y personalísimo estilo, basado en un sonido tosco a la par que sofisticado y armado con Stratocasters sesenteras "Vaughanizadas" (con cuerdas de calibre.011 ni más ni menos), amplis Fender (Twin Reverb y Bassman principalmente) y un punto del mítico pedal de overdrive Tube Screamer; combinación que SRV inmortalizara y que a mi personalmente me encanta como no se pueden ni imaginar.

Así pues, con tamaña materia prima y el toque mágico de tan ilustres participantes, tenemos como resultado un magnífico disco de blues rock que tiene en su haber todo un compendio de temazos como los que desgranaremos ahora mismo.

Love Struck Baby, clásico ya de SRV, da inicio al disco y muestra perfectamente ese cálido sonido texano al que nos acostumbrará. Blues animado quizás con un punto más comercial pero que no desmerece en absoluto como una joya del blues texano. El shuffle endemoniado de Pride and Joy es una invitación al despiporre y muestra clara de como Stevie es un grande.

Como Stevie no tiene nada que esconder, el tema que da nombre al album es un estándar, compuesto por Larry Davis, que domina con soltura y que hace que a uno le apetezca echarse al coleto un buen bourbon mientras se disfruta de este tema. Su ritmo calmado se acelera y el groove se anima para dar paso a Tell Me, de Howlin' Wolf, otra muestra del savoir faire del menor de los Vaughan. Aceleración que va in crescendo, pues Testify es una instrumental demencial con Stevie volviéndose y volviéndonos locos con esa mezcla de feeling, técnica y sonido que te abrasa las tripas. Y como ocurre cuando estamos acelerando (la jerga automovilística hoy es inevitable), metemos quinta con otra instrumental: Rude Mood, donde los Double Trouble pavimentan el camino para que SRV pueda correr desbocado.

Homenaje a Buddy Guy con su magnífica versión del Mary Had a Little Lamb, superior a la de Guy para quien esto escribe. Todo un tema de carretera, como bien supo mostrar Robert Rodriguez en Abierto Hasta el Amanecer en esos stripteases en La Teta Enroscada. A continuación, Dirty Pool es un tema que bien podría haber escrito Hubert Sumlin pero que pertenece a Doyle Bramhall, viejo compañero de fatigas de los Vaughan. Otro aprobado con nota para Stevie, que vuelve a los terrenos más convencionales con I'm Cryin' pero el momento de dejarnos clavados al asiento y maravillarnos, si no lo hemos hecho ya, ante SRV viene con Lenny, otra instrumental pero de corte lento y que dedica a su mujer. Una absoluta obra maestra donde ver al SRV más jazzero y sofisticado. Bravo, Steve!

Como les decía, se trata de un disco que va a ir de cabeza al coche pero que no se quedará ahí, pues también se disfruta en casa, haciendo cualquier cosa o no, y recomendable añadirle algo de vitamina B (de Bourbon). Tanto si tienen la suerte de empezar vacaciones como si no, háganse un favor y arrimen la oreja a este fantástico álbum.

Keep on rockin´!

STEVIE RAY VAUGHAN & THE DOUBLE TROUBLE - TEXAS FLOOD

"Love Struck Baby"
"Pride and Joy"
"Texas Flood"
"Tell Me"
"Testify"
"Rude Mood"
"Mary Had a Little Lamb"
"Dirty Pool"
"I'm Cryin'"
"Lenny"

Stevie Ray Vaughan - guitar, vocals
Tommy Shannon - bass
Chris Layton - drums

martes, 27 de marzo de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XLV): TRUST - TRUST (1979)




Hablando el otro día de Iron Maiden recordé otro grupo que, si bien no han sido nunca ni la mitad de conocidos que los británicos, sí que han mantenido una estrecha relación con estos llegando a intercambiarse baterías (Clive Burr por Nicko McBrain, concretamente). En este caso, hablamos de un grupo oriundo de una tierra poco conocida por su exportación de rockeros como es Francia pero que en este caso se lució a base de bien, su nombre es Trust.

Gracias a una promesa que me hice a mi mismo de comprar discos aborígenes cada que visite otro país, una de las primeras cosas que hice al visitar París fue meterme en una tienda de discos a preguntar por material de Trust, y allí que encontré una edición conjunta y bastante curiosa de sus dos primeros discos, que incluía, cómo no, su homónimo debut, protagonista de hoy.

Salvo detalles puntuales, poco se sabe en general de esta banda a la que merece la pena descubrir, pues tienen trabajos muy divertidos y originales, amén de un estilo muy personal marcado por sus excelentes labores vocales y guitarrísticas, cortesía de Bernie Bonvoisin y Nono Krief, respectivamente. Sin desmerecer a unos Ray Manna al bajo y Jeannot Hanela a las baquetas, ambos excelentes.

Así pues, nos hallamos antes un disco de rock duro de sonido bastante urbano, recordándome a una suerte de Leño franceses pero más metaleros e, incluso, experimentales. Si conociera más y mejor el idioma galo, que no es el caso, podría hablar de las letras, que sí ahondan en estos temas sociales. Como uno no es tampoco muy especialista en nuestro país vecino poco puedo decir en este aspecto pero en cuanto a sonido, por intentar hacer una analogía con algo tan propio de esas tierras como su vino, podríamos decir que esta cosecha del 80 tiene un regusto en el paladar que puede recordar a grandes del hard rock como Thin Lizzy o los Amboy Dukes (que no se entere Ted Nugent que le he comparado con franceses!).

Préfabriqués, tema que conocí en su adaptación en inglés para la película de animación Heavy Metal es el corte que abre el disco. Un gran riff de Nono que marca uno de los mejores temas del disco. Tras este genial comienzo, Palace viene a ser uno de los temas más atípicos de los franceses, con secciones funkies con un bajo machacón que va evolucionando hacia terrenos más propios del punk rock.

Un agradable blues que me recuerda al Dancing in the Moonlight de Thin Lizzy acompaña al siguiente tema, Le Mitard, con un gran trabajo de Bernie. A continuación, termina la calma y volvemos a la caña rockera con la excelente Bosser Huit Heures. Estos franchutes sí que saben. Tampoco se queda ahí la cosa, pues la gran Comme un Damné, con un Nono que se sale, mantiene el listón rockero bien alto y se permite incluir un estribillo con un ritmillo similar a un tango.

Un rápido riff al que se le suma un contundente bombo protagonizan Dialogue du Sourds, uno de los temas más metaleros del disco, al que le sigue una maravilla hard rockera como es L'Elite. No me cansaré de defender y glorificar el trabajo del señor Krief en este disco, coronándose como todo un gran guitarrista de hard rock de la vieja escuela y que a fe mía que en Francia tiene su merecidísimo culto de seguidores. Por lo pronto, es el responsable de este buen compendio de riffs, tal y como sigue demostrando en Police-Milice, otro temazo a reivindicar.

H&D es otro de esos temas que gustan por esa esencia tan rockera que destila y que, de haber sido americanos, otro gallo habría cantado. Tras esto, una versión de lo más especial: parece ser que allí en gabacholandia Trust son conocidos como los AC/DC franceses, afirmación que me parece algo exagerada, pero sí es verdad que Bernie puede ser el Bon Scott francés (cantante con el que tenían una gran amistad, por cierto). Sea como fuere, la rendición que le hacen a Ride On es magnífica.

Y, como no puede ser menos, un Toujours Pas Un Tune de gran y excelente sabor clásico pone el punto final a este magnífico primer trabajo de unos franceses a los que hay que prestarles atención siempre y no olvidar nunca. En resumidas cuentas, gran disco de hard rock para conoisseurs. Bon appetit!

Keep on rockin'!

TRUST - TRUST

1. Préfabriqués
2. Palace
3. Le matteur
4. Bosser huit heures
5. Comme un damné
6. Dialogue de sourds
7. L'élite
8. Police-milice
9. H & D
10. Ride On
11. Toujours pas une tune

Bernard "Bernie" Bonvoisin (vocals, lyricist)
Norbert "Nono" Krief (guitar, composer)
Raymond "Ray" Manna (bass guitar)
Jean-Émile "Jeannot" Hanela (drums)

domingo, 25 de marzo de 2012

120 CUERDAS (II)

...y empezamos con la segunda terna de hachas. Como decíamos la última vez, al igual que en el fútbol, el mejor entrenador es uno mismo y así cada uno tendrá sus alineaciones diferentes. Por eso, aunque la mía sea capaz de ganar incluso la Champions es de todo menos definitiva pues este tipo de cosas también varía de cómo te levantes así que, si pensar que dejar a tal o cual guitarrista fuera es sacrilegio, más sacrílego es quedarse solo con veinte.

Así pues, saltan al campo los diez restantes:

11. JEFF BECK

Tener una fructífera carrera con esa cantera de cracks como son los Yardbirds y formar equipo con gente como Carmine Appice, Tim Bogert y Rod Stewart entre otros ya es sinónimo de calidad, pero además sumamos a todo esto la técnica exquisita de Jeff y su habilidad de ir siempre innovando, destacando en todo lo que hace, ya sea en su vena más convencional (que no es muy grande) como la más vanguardista. Los vellos de punta se me ponen al escuchar Cause We've Ended as Lovers.



12. ERIC CLAPTON

Ahora que parece estar de moda criticar a Clapton, como yo no he sido muy de seguir las modas, me toca defenderlo. Es cierto que la carrera de Slowhand lleva muchos años dando tumbos, pese a que servidor siempre celebre su vuelta al blues de toda la vida (aunque sea a base de tocar clásicos), pero no me perdonaría a mi mismo dejarlo fuera por todo su magnífico trabajo con Yardbirds (al final han aparecido los tres yardbirds por aquí), John Mayall, Cream, Derek & The Dominos, Blind Faith...En su día Clapton fue Dios, y yo digo amén.



13. JOE SATRIANI

Maestro de maestros, otro icono del masturbamastilismo pero quizás de los más elegantes de entre estos, si no el que más. Técnica versátil e impecable, con unos ligados de altísimo nivel, y gran compositor como demuestra su indispensable Surfing With The Alien, todo un indispensable para los rascacuerdas.

Por si fuera poco, también ha demostrado salir airoso y con nota de proyectos como los más que interesantes Chickenfoot, alejándose de la imagen de solista egocéntrico quizás más propia de otros pero no de Joe.



14. GARY MOORE

Me sorprende ver como causa tantas divisiones este tío, a unos les encanta y otros no lo aguantan y, dentro de sus fans, los hay que solo les gusta su etapa más rockera, rechazando sus trabajos más blueseros y viceversa. Ellos se lo pierden, yo me quedo con toda la obra de Gary, sin olvidarnos de su excelentísimo trabajo con Thin Lizzy, of course.

Un feeling que no reñía con una alta velocidad y muchos de los temas más épicos jamás escritos para guitarra, que no dudaba en rendir homenaje a Peter Green (otro grande, ausente de esta lista, ay) o a sus raíces irlandesas. Te echaremos de menos, Gary.



15. PAUL KOSSOFF

Otro señor del mástil, de truncada carrera, elegantísimo estilo (todo un sinónimo de clase, vaya) y quizás los mejores vibratos de la historia. Puro blues rock sin más aditivos y directo a la cara, esas eran las señas de Kossoff, avaladas por su magnífico trabajo en Free y su proyecto Back Street Crawler. Que nunca caiga en el olvido.



16. JOHN PETRUCCI

Tengo debilidad por Dream Theater, grupo que levanta sentimientos opuestos por lo general. Parte de la culpa la tiene el señor Petrucci, a mi parecer una de las mejores revelaciones de los 90 y mucho más que un despliegue de técnica, a la que no se le puede poner ninguna pega. Petrucci no tiene ningún reparo en meterse en ritmos de lo más marciano para lo mismo un marcarse un solo demencial que el más tierno (ahí está Another Day). Toda una labor que más allá de Dream Theater ha dado lugar a trabajos en solitario y proyectos paralelos (Liquid Tension Experiment, An evening with Jordan Rudess...) muy interesantes y toda una experiencia.



17. DIMEBAG DARRELL

Otro monstruo rescatado de los 90. Es evidente que Pantera es uno de esos puntos y aparte en la música y casi lo mismo podríamos decir de Darrell, capaz de darle cabida en ese marco thrashero todo su bagaje rockero, sureño y heavy clásico; convirtiéndose en uno de los mayores maestros riffistas de todos los tiempos e impresionante solista, con esos armónicos que te rasgaban las tripas. No solo lo pudimos disfrutar en Pantera sino en Damageplan y un proyecto de lo más macarra que me encanta: Rebel Meets Rebel. Otro que echaremos en falta.



18. MICHAEL SCHENKER

Los puñeteros UFO y su jodido directo en solitario en el Budokan japonés hicieron que me llevara las manos a la cabeza y me preguntara "¿qué coño hace este tío?". Michael se mueve en su propio terreno, componiendo temas fuertemente basados en unas geniales melodías donde despliega todo su virtuosismo. Quizás uno tenga muchos ídolos en la vida pero Schenker es uno de esos guitarristas que tú querrías ser. ¿Quién no vendería su alma al diablo por haber compuesto Captain Nemo?



19. ALBERT COLLINS

Otro bluesman de pro: el picahielo, the Iceman, the Master of the Telecaster, Mr. Albert Collins. Uno de los bluesmen más geniales y divertidos que me he llevado a las orejas, con un estilo peculiar basado en unas poco sofisticadas ostias a las cuerdas del instrumento y en poner el ampli todo al 10. No encontrarás sutileza en Collins, sino blues del bueno, como debe ser. Genio y figura...



20. ALEX SKOLNICK

Uno de los hachas que más me ha sorprendido de un mundo como el metalero, con tendencia a producir virtuosos, tanto de verdad como de pega. Skolnick es un virtuoso con todas las de la ley.

Sus méritos no son pocos, pues además de dirigir unos monstruos del thrash como Testament, también ha hecho sus pinitos con Savatage y Trans Siberian Orchestra y, last but not least, su genial trío de jazz Alex Skolnick Trio. Ese thrash metal con modos de bebop que hace en Testament y sus versiones de clásicos metaleros en plan smooth jazz, entre otros, le confieren su puesto en esta y cualquier otra lista.



¿Y termina aquí la lista? ¡Ni de coña! veinte guitarristas sería la ilustrativa punta de un iceberg donde no puedo olvidar a grandísimos bicharracos como Duane Allman, Alex Lifeson, Tony Iommi, Steve Morse, John Sykes, Angus Young, John McLaughlin, Allan Holdsworth, Marty Friedman, Jason Becker, Carlos Santana, Glenn Tipton, Steve Cropper, Pete Townshend, Steve Howe, David Gilmour, Mick Ronson, Ace Frehley, Mark Farmer, Leslie West, Dickey Betts, Derek Trucks, Warren Haynes...imposible cumplir con todos, pero no es imposible escucharlos a todos, así que ponganse manos a la obra, que aunque no vayan a coger una guitarra jamás, ya verán lo satisfactorio que es ponerle seis cuerdas a la vida.

Keep on rockin'!

sábado, 24 de marzo de 2012

120 CUERDAS (I)

Mi relación con este instrumento empezaría algo antes de los 12 años, que fue cuando cayó por primera vez una guitarra en mis manos con un ojo y ambos oídos puestos en la incipiente colección de discos, en su versión beta compuesta por cassettes grabados con las carátulas pintadas a mano (con cierto encanto naif). Desde entonces mucho me ha llovido con una guitarra en las manos, desde comprarme mi primera eléctrica ahorrando duro a duro hasta pillar la última (última de momento,y ya van cuatro!) con un sueldo más decente, entrar en grupos, salir de ellos, compartir escenario con gente de toda clase, desde aficionador a profesionales...en definitiva, aprender mucho. El guitarreo, quiera o no, ha sido parte de mi vida y lo seguirá siendo.

Y ahora resulta que la genial página The Best Music... nos propuso a unos cuantos por vía twitter que confeccionáramos la lista de nuestros 20 guitarristas preferidos para así poder crear una macro lista a partir de nuestras votaciones. Tema controvertido este de las listas, servidor opina que no dejan de ser algo ligeramente orientativo y que no debe tratarse como un dogma de fe, pero con lo divertido que ha sido devanarse los sesos pensando en solo 20 hachas y las posteriores discusiones con tan selectos melómanos dan ganas de repetir las veces que haga falta.

Días más tarde, el amigo Nortwinds razona y amplía los detalles de su lista en su excelente blog, por lo que hoy me decido hacer lo mismo. Evidentemente, no iba a dejar pasar la ocasión para hacer lo propio en este hueco virtual que tengo así que a continuación paso a presentar la primera parte de los veinte hachas que he elegido.

Antes de nada, decir que el orden es totalmente aleatorio, pese al procedimiento que seguimos para la lista "oficial". En muchísimos casos me resulta difícil, por no decir imposible, colocar a alguien encima de otro, máxime cuando hablamos de guitarristas que pueden ser muy distintos entre sí. Por otra parte, respecto a la selección de bicharracos, confío en el criterio del lector para que sepa ver que si bien no están todos los que son, sí son todos los que están.

Bien, dicho esto, let's rock...

1. JIMI HENDRIX

Número 1 para Hendrix, por supuesto. ¿Acaso no empezó todo con Hendrix? Para quien esto escribe, sí. No seré yo el único para el que Hendrix supuso la puerta a un mundo inimaginable, todo un concepto de guitar hero que trasciende lo icónico.

El feeling y la demencial genialidad con que adornaba su estilo que partiendo del blues fue ramificando hasta el funk más salvaje y un proto rock duro cuasi metálico. Definir a Hendrix es intentar definir la magia, algo poco menos que imposible.



2. EDDIE VAN HALEN

Si algo distingue a muchos de los grandes guitarristas es su cualidad de pioneros, por mucho que algunos lo quieran ver como clichés. Me aventuro a decir que no hay guitarrista de rock duro en los 80 que no hubiera escuchado más o menos detenidamente al gran EVH.

Ejemplo de lo bien que se lo puede pasar uno tocando sin dejar de ser un condenado genio, con esos riffs de locura y esas avalanchas de tappings más un peculiar y acertado uso de armónicos y efectos. Mucho más que solos masturbamástiles, por cierto, pues es escuchar temas como Lost Boys Calling (con Roger Waters) y quitarse el sombrero ante tanta elegancia. Un servidor no elige "apellido artístico" así como así...



3. RORY GALLAGHER

Un loco del mástil proveniente de un planeta llamado Irlanda, otro caso donde las palabras jamás podrán hacer justicia. Estandarte del blues y rock más duro y salvaje, sus interpretaciones eran todo energía y llenas de un virtuosismo visceral.

Lo más auténtico que jamás aferró el mástil de una Stratocaster. Imprescindible para todo rockero de pro llevarse a las orejas todo material de Taste o en solitario que haya a mano.



4. RANDY RHOADS

Es fácil hablar a toro pasado, todos lo sabemos. Aún así, más de uno estará conmigo en que si el malogrado Randy siguiera con nosotros, el devenir del mundo guitarrero habría sido bien distinto y muy marcado por su presencia.

Ozzy vio en él lo que los demás veríamos más tarde: una técnica limpia e impecable, con unos solos soberbios fuertemente cargados de su formación clásica, anticipándose a Malmsteen y aquello que más tarde llamarían (de manera bastante inapropiada, por cierto) rock neoclásico. Poco pudimos disfrutar de él pero a la vez mucho, a juzgar por su influencia.



5. STEVIE RAY VAUGHAN

Dicen que en Texas todo es grande y su blues no se queda atrás. Y dentro de su blues, SRV más grande que ninguno.

Otro salvaje del blues que no lo entendía si no era sudando a chorros y dándolo todo, capaz de clavarnos a todos en nuestros asientos con la sofisticación jazzística de Lenny que desquiciarnos por completo con Love Struck Baby. Impresionante, SRV.



6. BRIAN MAY

Independientemente de su labor compositiva, no puedo excluir de mi lista a todo un cerebro de la guitarra como Brian. Capaz de encargarse él solo de todas las armonías de guitarra de un grupo tan dado a las armonías como era Queen, ahí tienen solos maravillosos como el de Killer Queen o Good Old Fashioned Lover Boy.

Encima, su habilidad para tocar (y componer, por supuesto) desde el rock más duro e incluso metalero hasta folk, funk, baladas, swing amén de diversos instrumentos le dan su merecidísimo puesto en esta lista.



7. JIMI PAGE

Todo un mercenario musical toda su vida pero que tenía muchas cosas que decir...y las dijo. Led Zeppelin fue la obra de su vida y a partir de ahí la música jamás fue la misma.

Más de uno me ha comentado que le parece sobrevalorado o incluso mediocre pero me niego a creer que alguien cuyos riffs han inspirado a la gran mayoría de nuestros grupos preferidos (incluso algunos no rockeros, vaya) no sea un genio. El hombre que supo ver lo rockero que era Howlin' Wolf y que así lo mostró al mundo.



8. RITCHIE BLACKMORE

Diciendo Deep Purple y Rainbow ya no tendría que añadir nada más, pero si encima añado que junto con Jon Lord supieron evolucionar el rock psicodélico de los primerizos Purple mediante orquestaciones y experimentos varios (otro de formación clásica) hasta convertirlos en orígen del heavy metal con esos rapidísimos solos y ese impecable estilo, pues tenemos lo que es: un grande.

También lo comenté en su día, sin Highway Star, jamás habría cogido una guitarra así que, ¡gracias Ritchie!



9. ERIC JOHNSON

Tengo especial debilidad por Eric. No se si se trata de su elegante virtuosismo o la genialidad de sus composiciones pero como guitarrista/rascacuerdas debo decir que es muy frustrante ver a este tío, con sus escalas pentatónicas haciendo lo que tú no harás en la vida y un estilo donde encontramos tanto rock como jazz, blues o country. Un jodido genio de los menos reconocidos de esta lista pero que no por ello deja de estar en este peculiar olimpo.



10. STEVE VAI

Si el supremo Dios de la Música y Guardián de las Melodías, Lord Frank Zappa te llama cuando tienes 18 años para que te unas a su banda, sabes que eres un elegido.

Y bien que hizo Frank convirtiéndolo en un genio con su punto de locura, pues lo que hace no es de este mundo, haciendo y deshaciendo a su antojo. Además, pese a su masturbamastilismo, resulta ser un gran guitarrista de banda, ahí tienen su trabajo con David Lee Roth o Alcatrazz.



Y con esto cerramos la primera parte. En breve, terminaremos la lista con los 10 monstruos del mástil restantes, hasta entonces disfruten de esta avalancha guitarrera!

Keep on rockin'!

jueves, 22 de marzo de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XLIV): IRON MAIDEN - THE NUMBER OF THE BEAST (1982)




30 años se cumplen de esta auténtica obra maestra del metal y a mi me viene perfecto por dos motivos: volver al blog tras un período de inactividad forzosa y poder hablar de los Irons en esta sección.

A día de hoy encuentro complicaciones para hablar de los Maiden pues, qué duda cabe, se trata de uno de los mejores grupos de la historia en general y del Heavy Metal en particular. Es innegable que la mayoría, por no decir todos los grupos posteriores a su aparición tienen una deuda impagable con ellos pero precisamente ahí radica el problema, cuando pasan de ser influencias a influenciados entrando en una cada vez más alargada etapa de hastío musical, producciones irregulares, formación con tres guitarras fantasmas y, resumiendo, nada mínimamente interesante por parte de una banda tan grande para alguien como yo. Todo este deterioro del grupo no deja de alimentarse de parte de un gran público y cierto sector de la crítica que parecen estar esperando a que Steve Harris grabe un disco de ventosidades sobaqueras al que calificar como la mayor obra maestra del milenio.

Afortunadamente, la situación en 1982 era bien distinta, estrenando a un jovenzuelo Bruce Dickinson iniciando así la formación más clásica del grupo (qué grandes Dave Murray y Adrian Smith!) y entrando por la puerta grande y a hombros, con un cambio de actitud acompañado de un sonido más pulido (obra y gracia de un grande como es Rod Smallwood) y unas composiciones más elaboradas para dar forma a un vademécum del Heavy Metal. Por ello, pese a su satánico nombre (o más apropiadamente gracias a él) The Number of the Beast podría ser el Evangelio según Iron Maiden de la biblia del Metal.

Comienza el disco Invaders, una salida en falso para quien esto escribe pues si bien el tema no es ninguna abominación, no ha envejecido del todo bien para mis oidos. Me explico, es un tema divertido y tampoco desmerece pero resulta extremadamente simplón y algo estúpido. Bien distinto es Children of the Damned, tema convencional a la par que grandísimo clásico, con esas estrofas arpegiadas y su enérgico estribillo, amén de su temática fantástica, aspecto que algunos grupos llevan mejor que otros y que siempre me ha gustado en las letras de los Irons.

De esta referencia al clásico del terror británico (por cierto, muy grande), pasamos a la ciencia ficción también británica e igualmente mítica de The Prisoner (otro punto para ti, Steve), para deleite de Dickinson, que ya empieza a sacarle los colores a más de un vocalista. Otro tema que va acelerando progresivamente y con un estribillo grandioso.

Volvemos por un momento a los tiempos más macarras del grupo y a la peculiar mitología de Charlotte la fulana en 22 Acacia Avenue con su ritmo duro, contundente y entrecortado y una sección intermedia llena de rabia metalera. A continuación, un pasaje del Apocalipsis nos adentra en el título que da nombre al disco, otro santo y seña de los británicos: The Number of the Beast y su inconfundible riff más unos soberbios solos por parte de la dupla Murray/Smith. Por cierto, yo siempre he sido más de Adrian y este disco no es ninguna excepción, ¡vaya solos más auténticos hacía este hombre!

Run to The Hills...si, es un temazo y a todos nos mola. Tanto que parece ser el preferido de los bares y garitos de metaleo así que, si estás leyendo esto, puede ser que hayas tenido ración de Run to The Hills para toda tu vida, ¿verdad? Pues sigamos...

Gangland vuelve al macarrismo con una historia de gangsters y la ley seca. Es comprensible que haya quedado escondido entre tanto clásico y quizás por ser más sobrio que el resto pero eso no quita que sea una pequeña joya oculta de gran valor y con un gran trabajo de Clive Burr a las baquetas. Claro que, inmediatamente dejamos esta de lado para maravillarnos ante la épica y magnífica Hallowed Be Thy Name. 7 minutos y 11 segundos donde ni falta ni sobra nada, uno de los mejores ejemplos de Iron Maiden en estado puro: dobletes, solos, gorgoritos de Dickinson, el galopante bajo de Harris. La pieza ideal para cerrar tan magna obra.

30 años por lo tanto de un disco que a buen seguro nos enseñó a muchos de generaciones distintas una forma de ver y entender el Heavy Metal, tanto que me atrevería a decir que, bien por nostalgia o mero fanatismo, cada uno tenga a "sus Maiden" de una manera u otra grabados a fuego, cosa que no pueden decir todos los grupos. Desde luego, por obras como The Number of The Beast, se lo han ganado.

Ah! y en caso de que no lo hayan visto, échenle un vistazo al documental que hicieron de este disco en la sobresaliente serie Classic Albums. Mientras tanto, hoy celebraremos (y berrearemos) el aniversario de la bestia. Felicidades, Irons!

Keep on rockin'!

IRON MAIDEN - THE NUMBER OF THE BEAST

1. "Invaders"
2. "Children of the Damned"
3. "The Prisoner"
4. "22 Acacia Avenue"
5. "The Number of the Beast"
6. "Run to the Hills"
7. "Gangland"
8. "Hallowed Be Thy Name"

Bruce Dickinson – lead vocals
Dave Murray – guitar
Adrian Smith – guitar, backing vocals
Steve Harris – bass, backing vocals
Clive Burr – drums, percussion

jueves, 1 de marzo de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XLIII): THE WHO - TOMMY (1969)




Pensaba que hoy iba a acabar hablando de otra cosa pero el que ayer nos sorprendiera Quadrophenia a Miss Marvel y a mi y que hoy sea el cumpleaños de Roger Daltrey (¡otro piscis talentoso!) me hace rendirme a la evidencia de que hoy tendremos que hablar de una de las mejores y más salvajes bandas británicas surgidas en aquella vorágina inglesa sesentera: The Who.

Podríamos calificar Tommy como una obra conceptual pero lejos de la grandilocuencia y excesos del rock progresivo, aunque haya algunos puntos en común por lo delirante del resultado final. En este caso, Pete Townshend, máximo responsable de la obra e inspirado por filosofías orientales un poco de chichinabo, nos plantea la sórdida historia de Tommy, un niño que tras presenciar el asesinato de su padre, héroe de guerra, a manos de su madre y el amante de esta, entra en un estado catatónico, provocado también por las presiones de la criminal pareja, que le deja ciego, mudo y sordo. No obstante, ciertas ensoñanciones en las que Tommy se ve a si mismo como figura mesiánica y un talento desmesurado para jugar al pinball le convertirán en gurú.

A partir de esta peculiar premisa, The Who montarían una ópera rock bastante sui generis que sería llevada a la pantalla con bastante acierto por el peculiar director Ken Rusell, sórdido donde los haya, quien le aportara algunos leves cambios pero más epicidad y más temas de denuncia, no se si de la manera que le hubiera gustado a Townshend pero no desmerece para nada.

Así pues, en esta versión original del disco/concepto, The Who se guisan y se comen todo ellos mismos. Una breve Obertura con arreglos orquestales incluidos sugieren un repaso al nacimiento de Tommy y su involuntario atestiguamiento del crimen nos conduce al primer tema más puramente Who del disco, Amazing Journey, que nos habla de los alucinógenos sueños de grandeza de Tommy y donde podemos ver como la base rítmica de dicho grupo siempre ha sido uno de sus platos fuertes pues tenemos a bestias pardas como son el tímido pero virtuoso bajista John Entwistle y ese animal desbocado llamado Keith Moon que parecía dispuesto a no dejar un plato o parche con vida. Dos grandes bajas del rock, qué duda cabe.

Otro interludio musical, Sparks, precede al único tema no compuesto por The Who y que se trata de Eyesight to the Blind de nada más y nada menos que el legendario bluesman Sonny Boy Williamson. En este caso, el tema sirve como discurso de un chulo para vender a su protegida, una profesional del amor de la que se dice que cura a los ciegos.

Christmas es otro tema propio de los Who más clásicos, con un Tommy ausente de todo y que enerva a su sufrida pero homicida madre. Cómo no, la ocasión de mostrar una fiesta tan familiar y buenrrollera le vale a Townshend para volcar una mala leche bastante venenosa. Grandísimo trabajo de Daltrey, por cierto, que sigue fino en el tema que viene a continuación, Cousin Kevin, en referencia al sádico primo de Tommy, pues abusa de él violentamente. Daltrey sabe meterse en cada personaje al que le presta su voz, posiblemente dado lo histriónico de su caracter, a las mil maravillas. Ejemplo de esto es el tema de la prostituta que comentábamos, Acid Queen, quien parece emplearse a fondo con el chico pero con infructuosos resultados.

Cierra el primer disco un epílogo musical donde podemos ver todo un ejemplo de las legendarias rítmicas de Pete Townshend que, por supuesto, no son ninguna excepción en este disco, fuertemente marcado por las acústicas.

Tras una discusión familiar, Tommy es llevado ante su pervertido e igualmente sórdido tío Ernie (Fiddle About), interpretado en la pantalla por el propio Keith Moon. En fin, es Keith Moon y ya véis qué personaje le ha tocado, ¿qué os digo? A continuación, todo un himno de The Who y quizás santo y seña de este album, la grandiosa Pinball Wizard. Un comienzo de soberbios rasgueos acústicos y chispazos eléctricos dan pie a un magnífico tema rockero de unos Who inspiradísimos.

A partir de aquí el disco solo puede tirar para arriba, pues Go to the Mirror, con el tratamiento de shock (es decir, más shock aún) de Tommy a cargo de una explosión sónica a golpe de riff y macarreo marca de la casa de los británicos. Cómo no, Tommy debe romper el espejo (Smash the Mirror) para liberarse. Así, tras una simpática y ambigua Sensation y la curiosa historia con base de piano de music hall de una aspirante a groupie (Sally Simpson), Tommy es finalmente libre y es celebrado a golpe de gran riff y genial tema: I'm Free, con un Daltrey desgañitado y de gran categoría.

El leit motiv musical del disco (conocido como See Me, Feel Me)se acrecienta conforme se acerca el grand finale de la obra. Como buen gurú, Tommy ha reunido toda una corte de seguidores que, como no podía ser de otra manera, lo mandan a la mierda entre airadas y violentas protestas finalizando así la saga de tan particular e improvisado incitador de masas.

Disco altamente disfrutable con el añadido de ese punto de locura tan propio de los grandes de la época y que supuso todo un gran empujón para la carrera de The Who. Por mi parte, uno de mis preferidos de la banda también. Por supuesto, si pueden, no se pierdan la película, donde aparecen grandes como Eric Clapton, Tina Turner y Elton John.

Pero de eso ya hablaremos otro día, of course. Mientras, no permanezcan ni ciegos ni sordos ante The Who.

Keep on rockin'!

THE WHO - TOMMY

1. "Overture" 3:50
2. "It's a Boy" 2:07
3. "1921" 3:14
4. "Amazing Journey" 3:25
5. "Sparks" 3:45
6. "Eyesight to the Blind (The Hawker)" (Sonny Boy Williamson II) 2:15
1. "Christmas" 5:30
2. "Cousin Kevin" (John Entwistle) 4:03
3. "The Acid Queen" 3:31
4. "Underture" 9:55


1. "Do You Think It's Alright?" 0:24
2. "Fiddle About" (Entwistle) 1:26
3. "Pinball Wizard" 3:50
4. "There's a Doctor" 0:25
5. "Go to the Mirror!" 3:50
6. "Tommy Can You Hear Me?" 1:35
7. "Smash the Mirror" 1:20
8. "Sensation" 2:32
1. "Miracle Cure" 0:10
2. "Sally Simpson" 4:10
3. "I'm Free" 2:40
4. "Welcome" 4:30
5. "Tommy's Holiday Camp" (Keith Moon) 0:57
6. "We're Not Gonna Take It"

Roger Daltrey – lead vocals, harmonica, tambourine
Pete Townshend – guitars, banjo, keyboards, lead vocals, backing vocals
John Entwistle – bass guitar, French horn, lead vocals on "Cousin Kevin" (with Townshend and Daltrey) and "Fiddle About", backing vocals
Keith Moon – drums, percussion, backing vocals