Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

martes, 31 de enero de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XXXII): WHITESNAKE - 1987 (1987)




En 1987, los chicos de David Coverdale cumplen aquello con lo que amenazaban en su anterior trabajo y se suben a la cresta de la ola del llamado hair metal, suerte de subgénero ya afianzado en esa época.

En 1987...pues a saber qué andaba haciendo yo sin levantar dos palmos del suelo, pero años más tarde caería este grandísimo trabajo de hard rock en mis manos pasando a ser uno de mis discos más escuchados durante muchos años amen de ser Whitesnake, al igual que suele ocurrir con los retoños de la familia Purple, otra de mis bandas preferidas.

Disco no exento de críticas por el cambio en su sonido que ya era quizás incluso más radical que en su anterior Slide It In en detrimento del hard rock de corte más bluesero que hacían anteriormente. Ciertamente, razones no faltan: el sonido, como hemos dicho es, claramente, más acercado al que hacían bandas de la época como White Lion, Cinderella o Ratt y con un considerable aumento de baladas y una subida de intereses en la tasa de gorgoritos, aunque fueran más allá.

Mas todo esto no fue un obstáculo sino todo lo contrario: Whitesnake se afianzó como máxima autoridad en este peculiar movimiento alzándose como veteranos entre los grupos que podrían haber sido sus hijos. Desde luego, tenían una formación que destacaba sobremanera, con el batería Aynsley Dunbar (de extensísimo curriculum en el que podemos encontrar a Frank Zappa, Jeff Beck, John Mayall...), el bajista Neil Murray (que ya daría que hablar), el hacha John Sykes (Thin Lizzy, Tygers of Pan Tang) y, como no, David Coverdale dirigiendo el cotarro. Coverdale, cock-rocker por excelencia que se erige como un crooner rockero (aunque ahora guarde un parecido más que notable con la presentadora Mercedes Milá, para desespero de un muy rockero amigo mío que se sigue volviendo locaza por sus huesos. Por los de Coverdale, digo. Los años no perdonan).

La selección de temas también acompaña, por supuesto, con enérgicos temas hard-rockeros como Children of The Night, Bad Boys, Straight Through The Heart (con magnífico solo de Sykes) y Still of The Night complementados con baladas como Looking for Love, Don't Turn Away (con otro señor solo de gran categoría) y un Is This Love que, aunque quemada por radiofórmulas/plantas de reciclaje, nos sigue gustando. A todo esto le añadimos la revisión en clave más-ochentera-aún de Here I Go Again, que suena estupendamente, y un plus de solemnidad por cortesía de un invitado de lujo como es el teclista Don Airey (junto a otra estrella invitada que es Adrian Vanderberg a las guitarras) para terminar de dar forma a esta joya llamada a ser una piedra angula de como se hacía hard rock y del bueno en el año que le da nombre.

...y sí, tiene un puntito hortera que, admitámoslo, nos encanta. Cosas de los 80.

Keep on rockin'!

WHITESNAKE - 1987


Still of the Night
Bad Boys
Give Me All Your Love
Looking for Love
Crying in the Rain
Is This Love
Straight for the Heart
Don't Turn Away
Children of the Night
Here I Go Again
You're Gonna Break My Heart Again

David Coverdale – lead vocals
John Sykes – guitars, backing vocals
Neil Murray – bass
Aynsley Dunbar – drums, percussion

viernes, 27 de enero de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XXXI): MEGADETH - COUNTDOWN TO EXTINCTION (1992)




No se muy bien por qué pero Miss Marvel y yo estábamos hablando hace poco sobre este disco. De vez en cuando le da por adentrarse en terrenos metaleros (con resultados bastante satisfactorios, por cierto) así que, como entre superhéroes nos ayudamos, le he pasado este quinto disco de la banda liderada por el peculiar Dave Mustaine.

Es difícil decir algo más sobre uno de los clásicos en las comunidades más jevis, así que allá vamos: Megadeth (Megamuerte, según Bill y Ted) siempre me ha parecido una de las mejores bandas en su estilo, incluso muy superior en bastantes aspectos a otras bandas con las que se suele comparar pero, por encima de eso, me quedo con el estilo propio con el que Mustaine ha sabido dotar desde su salida de Metallica a una banda para convertirla en pionera del género, pues no en vano están dentro de lo que le han dado por llamar Big 4.

Por otra parte, uno de los puntos más interesantes en la discografía de Megadeth es, en mi opinión, los constantes cambios y pequeños experimentos que llevan a cabo sin perder el sello Megadeth: ahí está la crudeza de So Far, So Good...So What!, la técnica de Rust in Peace, el sonido más convencional de Youthanasia...En este aspecto, Countdown to Extinction comparte algunos de estos puntos mientras que apuesta por la contundencia en su sonido y unos riffs pesados, como ocurre en los ya clásicos del grupo Simphony of Destruction, Sweating Bullets, Skin O' My Teeth (¡sensacional tema!) o la propia Countdown to Extinction.

El aspecto lírico también es destacable en este disco. Mustaine alterna entre historias más personales e intimistas y temas de denuncia política e incluso ecologistas. Ciertamente, no son temas nada nuevos pero Mustaine sabe escribir unas letras sinceras y tan naturales que son francamente meritorias. Además, entre historias de intentos de suicido (la mencionada Skin o' My Teeth) y mensajes ecologistas (la premiada y reconocida Countdown to Extinction), hay lugar incluso para un poco de frikismo como es el caso del tema Psychotron, dedicado a Deathlok uno de los mejores personajes creados por la Marvel en los 70 y que a un servidor le encanta, los superhéroes somos así.

Tampoco podemos olvidarnos de los que acompañan a Mustaine, claro está. Al habitual bajista Dave Ellefson se habían sumado ya un gran Nick Menza a las baquetas y un soberbio titán de las seis cuerdas como es Marty Friedman quien supo imprimir a las composiciones de Megadeth un sonido y un virtuosismo responsables en gran medida del status de clásico que posee este album.

En resumidas cuentas, un gran disco de una de las mejores bandas de metal de siempre, antes de que se enturbiara un poco su carrera a finales de los 90 con unos discos quizás no tan satisfactorios pero que están teniendo un resurgir más que interesante con sus últimos discos. Mientras tanto, nos quedamos con esta cuenta atrás hacia la extinción, la cual esperamos que llegue muy tarde.

Keep on rockin'!

MEGADETH - COUNTDOWN TO EXTINCTION

1. "Skin o' My Teeth"
2. "Symphony of Destruction"
3. "Architecture of Aggression"
4. "Foreclosure of a Dream"
5. "Sweating Bullets"
6. "This Was My Life"
7. "Countdown to Extinction"
8. "High Speed Dirt"
9. "Psychotron"
10. "Captive Honour"
11. "Ashes in Your Mouth"

Dave Mustaine - guitar, lead vocals
Marty Friedman - guitar, backing vocals
Dave Ellefson - bass, backing vocals
Nick Menza - drums, backing vocals

lunes, 23 de enero de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XXX): FREE - FIRE AND WATER (1970)




El ritmo de posteos ha bajado notablemente en estos últimos días. ¿Motivo? Pues además de mis obligaciones y deberes habituales, cierta señorita con con nombre de apellido y viceversa llamada Gibson Les Paul ha estado acaparando mis atenciones desde que ha llegado a casa y un servidor es un hombre débil para esas cosas.

Es menester que por lo tanto, la entrada de hoy esté dedicada a uno de esos héroes de tan legendaria guitarra. Como ya han pasado unos cuantos por aquí, hoy hablaremos de uno de ellos cuyo nombre no rutila quizás como debería por culpa de su breve carrera musical, tan breve como su propia vida: Paul Kossoff, rey del vibrato y hacha de leyenda.

Free es uno de esos grupos que dijeron mucho y tenían mucho más aún que decir y que, como tantos otros, quizás acusó el estar autoeclipsados por un tema que les superó, siendo en este caso All Right Now, popular gracias a un anuncio de chicle en la época y cuya fama fue in crescendo a partir de entonces. A pesar del clasicazo que es este excelente tema, catalogar a Free como one-hit wonder es una injusticia y me atrevería a decir que una infamia.

Y tirado por ahí tengo este Fire and Water, su trabajo de mayor éxito debido precisamente a la presencia del susodicho tema, que da cierre al album. La sombra de All Right Now es alargada pero no impide ver un bosque de seis temas más que no solo no desmerecen para nada sino que forman en conjunto un grandísimo disco de rock bluesero con un estilo personalísimo y con mucha clase.

Pese a la aparente sobriedad de este trabajo, hay espacio para los grooves, ritmos sincopados y cortantes y unas melodías elegantes a la par que desgarradas. Toda una lástima que no pase de treinta y pocos escasos minutos.

Respecto a los cortes del disco, no merece la pena ir repasandolos uno a uno. Cada uno tiene su personalidad propia, bien en una onda más rockera como la propia Fire and Water o indagando en el soul como Don't Say You Love Me; pero todas estas canciones forman parte de un todo que es lo que representaría, en mi opinión, la esencia de Free. Al igual que All Right Now parece estar pidiendo su sitio como tema radiofónico por excelencia, todo tema tiene un mensaje que contar.

Hablando ahora de los padres del invento, no hay dudas respecto a la habilidad y estilo de Simon Kirke y Andy Fraser, con una labor sobresaliente a la batería y bajo respectivamente pero que parecen resaltar a los que quizás sean los mayores protagonistas: Paul Kossoff y Paul Rodgers.

Kossoff no desentona con sus compañeros pues es discreto y sutil pero enérgico y afilado al mismo tiempo. Un par de compases de su vibrato puede decir más que recopilatorios enteros de solos de otros guitar heroes. Algo similar pero en el terreno vocal hace Rodgers, uno de los rockeros más señores y viceversa. Rodgers juega con los matices que su voz permite a su antojo dando toda una privilegiada lección de cante rockero. Incomprensible que se le vilipendie tanto por su reciente trabajo con Queen (que quizás otro día valoraremos) hasta el punto de olvidar que no es ningún pelele sino todo un lujo.

Toda una recomendación no solo para gourmets del rock sino extensible a todo el que tenga orejas e imprescindible para los más setenteros. Fire and Water, dos elementos distintos pero en perfecta armonía de la mano de Free.

Keep on rockin'!

FREE - FIRE AND WATER

- Fire and Water
- Oh I Wept
- Remember
- Heavy Load
- Mr. Big
- Don't Say You Love Me
- All Right Now


Paul Rodgers: Vocals
Paul Kossoff: Guitars
Andy Fraser: Bass
Simon Kirke: Drums

martes, 10 de enero de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XXIX): DAVID BOWIE - THE RISE AND FALL OF ZIGGY STARDUST AND THE SPIDERS FROM MARS (1972)




Aunque no sea ni de lejos su mayor fan, admiro mucho a David Bowie. No manejo al dedillo toda su discografía pero me atrevería a decir que ha hecho cosas estupendas en todas sus épocas, tan camaleónicas como él mismo.

Ahora bien, si tuviera que elegir un trabajo suyo, pues tengo una debilidad especial con este disco, al que situaría entre los más grandes no solo de los que grabó el Duque Blanco sino desde que a alguien le dio por enchufar una guitarra. Un larguísimo y ampuloso título para un disco conceptual que presenta una historia fantástica de ciencia-ficción glam protagonizada por un alter-ego de Bowie que no es tan "alter" llamado Ziggy Stardust.

Un disco excelente no solo por la desbordante labor creativa de Bowie, sino que hay que ensalzar como corresponde al desaparecido Mick Ronson, quien no solo hace una sobresaliente labor con las seis cuerdas sino que se nota su presencia en los arreglos de los temas e incluso la propia composición. Un genio que quizás, como ocurre con tantos otros, nunca ha sido considerado como merece.

Completan la banda Trevor Bolder (de Uriah Heep) y Mick Woodmansey. Una formación mínima, en contraposición a los grandilocuencia del concepto del disco, pero más que suficiente para atacar unos temas que combinan tanto el blues y el rock'n'roll como la vertiente más punk e incluso folkie de Bowie. Más de uno conocerá y tendrá entre sus favoritas las magníficas Starman (grandísima inyección sonora de buen rollo y mejor humor), la soberbia Ziggy Stardust y su impresionante riff, la incombustible Sufragette City...a estas tenemos que añadir el cálido, lento y bluesero Soul Love, con un gran saxo incluído, al más punky Moonage Daydream, la sensibilidad de Bowie acompañado de piano en Lady Stardust, cortes más rockeros como Star y Hang On To Yourself y hasta hay sitio para la psicodelia en It Ain't Easy. No contento con esto, encima pone el punto final al disco con un magnífico Rock & Roll Suicide inspirado, según afirma, en la chanson francesa. En definitiva, uno de esos discos donde todo lo que se diga puede aspirar, en el mejor de los casos, a ser una mera orientación. Hay que dejar que Ziggy te lleve él mismo a su peculiar mundo.

A dos días de su cumpleaños, en vez de comprarle algún detalle, hacedle el regalo a vuestros oídos y que os invadan las Arañas de Marte.

Keep on rockin'!


DAVID BOWIE - THE RISE AND FALL OF ZIGGY STARDUST AND THE SPIDERS FROM MARS.

1. "Five Years" 4:44
2. "Soul Love" 3:33
3. "Moonage Daydream" 4:35
4. "Starman" 4:13
5. "It Ain't Easy" (Ron Davies) 3:00
6. "Lady Stardust" 3:20
7. "Star" 2:50
8. "Hang on to Yourself" 2:40
9. "Ziggy Stardust" 3:13
10. "Suffragette City" 3:25
11. "Rock 'n' Roll Suicide" 3:00

David Bowie – vocals, acoustic guitar, saxophone, piano, harpsichord, arrangements
Mick Ronson – guitars, piano, backing vocals, string arrangement
Trevor Bolder – bass
Mick Woodmansey – drums

miércoles, 4 de enero de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XXVIII): OZZY OSBOURNE - BLIZZARD OF OZZ (1980)




...Y Ozzy se fue de Black Sabbath. Y seguía bebiendo y drogándose (causa mayor de su expulsión) como nunca. Quizás era el momento, con casi nada que perder ya, de dar el salto con aquel proyecto que rondaba en su cabeza, alejado de la nueva dirección que estaban tomando los Sabbath pero, claro, ¿quién daba un duro por Ozzy?

El dios Rock, que siempre ha sido benévolo con Ozzy (y en más ocasiones que vendrían) tuvo a bien sonreirle de nuevo haciéndole entrar en su carrera en solitario con una de mis tantas debilidades, uno de los discos más cojonudos que alguna vez han pasado entre mis dos orejas: Blizzard of Ozz.

Si seguimos en esta onda mística y aceptamos la existencia de un dios rockero, indudablemente se manifestó a Ozzy en la mesiánica figura del gran Randy Rhoads. Pocas tragedias en el rock se comparan a la suya, pues aunque sea algo exagerado, algo me dice que de seguir vivo habría destronado a Vais, Satrianis y Malmsteems de una sonora patada en el culo. Que sí, nunca le ha faltado reconocimiento, pero entre este y sus otros trabajos con el Madman, miedo da pensar en lo que se habría convertido. Por lo pronto ya les aseguro que el trabajo en el disco que nos ocupa es de matrícula de honor.

En fin, nuestro Príncipe de las Tinieblas se acompañó además de grandes músicos como Bob Daisley (proveniente de Rainbow), Lee Kerslake (de Uriah Heep) y ese gran profesional que es Don Airey (de extensísimo curriculum) para trabajar en una de las piedras angulares del heavy metal de los 80 y de todos los tiempos.

Como es muy fácil hablar de discos en plan wikipédico, sírvanse de pegarle una escucha al album en cuestión. Si después del demoledor comienzo de I Don't Know y Crazy Train no han caído a los pies de Ozzy y las habilidades riffistas y solistas de Rhoads, prueben mejor suerte con la copla. Si creen que las enseñanzas de Lennon y McCartney, idolatrados por Ozzy desde siempre, habían caído en saco roto, escuchen Goodbye To Romance, precioso y preciosista tema, con tono bastante elegíaco (recordando, quién lo iba a decir, a los Sabbath) y comprueben que armonías es capaz de componer el señor Osbourne.

Si su escepticismo perdura, no pulsen el stop, una intro de guitarra clásica (Dee, en homenaje a Dolores, madre de Randy) abre paso para Suicide Solution y, posteriormente, Mr. Crowley. Dos de los temas más atacados por la cretinez de algunos sectores de la prensa y la opinión pública y que no obstante cuentan con algunas de las mejores letras escritas por Ozzy, la primera denunciando los problemas derivados del alcohol (Wine is fine but whiskey is quicker, suicide is slow with liquor) y la otra poniendo a parir al gurú satánico por excelencia, etiqueta que no hacía mucho le colgaban a los propios Sabbath y que tanto molestaba a Ozzy (me encanta la muy macarra línea Mr. Crowley, won't you ride my white horse? Mr. Crowley, it's symbolic, of course. Bravo, Oz!).

La rockera y batallera No Bone Movies (que no es para nada un tema menor) precede al final del album, que cierra con la genial y ecologista Revelations (Mother Earth) y Steal Away (The Night) como broche de oro.

39 minutos para un disco que en su día quemé bastante sin cansarme y que prácticamente me inició como fan de Ozzy y, como no, de Randy, quien hoy en día sigue siendo uno de los músicos que más me han inspirado como rascacuerdas. Hoy en día lo sigo escuchando en su versión en cd que, además, incluye un tema que se quedó en el tintero llamado You Lookin' At Me Lookin' At You que es estupendo.

Es triste ver como a día de hoy se sigue ninguneando a Ozzy relegándolo a mero friki televisivo (una de sus tantas y más grandes equivocaciones, no vamos a negarlo) cuando su aportación al mundo de la música en general y al rock en particular es imprescindible e inestimable. Incluso si eres un desengañado con Ozzy, siempre sabes que tienes un asidero fiable al 100% con este maravilloso Blizzard Of Ozz.

OZZY OSBOURNE - BLIZZARD OF OZZ:

Keep on rockin'!